La exposición al aire contaminado aumenta 10 veces la cantidad de hospitalizaciones por COVID-19 en los barrios latinos del norte de Denver en comparación con otras ciudades de Colorado donde el aire carece del mismo nivel de contaminación, según un nuevo estudio del Departamento de Salud Pública y Medioambiente de Colorado (CDPHE).
“Se rompe el corazón al comprobar que esto es verdad”, expresó Julissa Soto, directora ejecutiva de la organización comunitaria Servicios de la Raza. “Es esencial amplificar las voces de las comunidades más impactadas tanto por la baja calidad del aire como por la enfermedad”.
El reporte del CDPHE se basa en el análisis del aire ambiental en Denver durante los últimos 242 días con la información proporcionada por estaciones de monitoreo del aire distribuidas en toda la ciudad, con una docena de esas estaciones en los barrios con mayoría latina en el norte de la ciudad, donde se respira desde hace cinco años el aire más contaminado de la urbe.
Como consecuencia, mientras el promedio actual de hospitalizaciones por COVID-19 en Denver es de 1,4 por cada 1.000 residentes, en los barrios latinos de Elyria, Swansea y Globeville las hospitalizaciones llegan a 13 por cada 1.000 residentes.
Un fenómeno similar se detectó en Commerce City, un suburbio al norte de Denver, adyacente a los vecindarios mencionados, donde la mitad de los residentes son latinos, con 12 hospitalizaciones por cada 1.000 residentes. Y en los barrios latinos en el norte de Aurora (al este de Denver), las hospitalizaciones son 11 por cada 1.000 residentes.
El informe advierte que “existen muchos factores” que contribuyen a que las hospitalizaciones sean más frecuentes en los sectores con mayor concentración de latinos, aunque reconoce que “la contaminación del aire es un factor importante”.
Específicamente, en el norte de Denver, en Commerce City y en el norte de Aurora se detectaron este año “los peores niveles de contaminación del aire” en la región; es decir una alta presencia de materia particulada de menos de 2,5 micras de diámetro, conocida como PM2.5.
Esas partículas dificultan la respiración y pueden provocar tos severa y ataques de asma. En casos extremos, puedan causar ataques al corazón.
“Tenemos una refinería de petróleo cerca de nuestro vecindario. Y luego la reconstrucción de la carretera I-70 llenó de polvo a todo el barrio. Y después llegó la pandemia. Ya estábamos tristes antes y ahora los casos de asma y problemas de salud son aún peores”, comentó Sandra Padilla, de la organización vecinal de Globeville y madre de varios estudiantes en la escuela primaria local.
“Más contaminación y más COVID. Si nadie tiene compasión por nuestro sufrimiento, ¿qué podemos hacer nosotros?”, preguntó.
A nivel nacional, según un detallado informe de marzo de 2019 publicado por el Centro de Diversidad Biológica y otro reporte de la Asociación Americana del Pulmón (ALA) de abril de 2020, los latinos y los afroamericanos residentes en zonas donde son mayoría enfrentan un desproporcionado riesgo de salud debido a la contaminación del aire.
Las personas de minorías étnicas “respiran partículas muy diferentes” en cuanto a su composición y estructura, con “diferentes impactos en la salud”, dice el estudio de ALA.