Por primera vez en la historia, la fotografía policial de un expresidente fue tomada al interior de una cárcel. Luego de la entrega de Donald Trump a las autoridades en el condado de Fulton, en Georgia, el caso por supuesta interferencia electoral procederá con extensos procesos legales.
El histórico paso este jueves del expresidente de Estados Unidos Donald Trump por una cárcel de Georgia para ser fichado -fotografía policial incluida- es solo el comienzo en un proceso judicial por supuesta interferencia en las elecciones de 2020 en ese estado que, según expertos, tendrá todavía un largo recorrido por delante.
Debido a que el equipo legal del expresidente había negociado los términos de su entrega y la fianza de 200.000 dólares que debía pagar, pasada la toma de huellas y la foto, la primera de un expresidente en la historia de EE. UU.; Trump fue puesto en libertad.
Como es usual en estos procedimientos judiciales, los acusados solo pagan el 10 % del monto fijado.
Este protocolo previo en la cárcel del condado de Fulton, en Atlanta, fue apenas el inicio de las extensas gestiones legales que le esperan al exmandatario en la capital del estado sureño.
El procesamiento de Trump al interior de la cárcel no incluyó una declaración de inocencia o culpabilidad por parte del expresidente debido a que esta se realiza durante el encausamiento en la corte, explicó a la Voz de América John Felipe Acevedo, profesor de leyes en la Universidad de Emory en Atlanta.
Usualmente, detalló Acevedo, durante el fichaje se programa una fecha posterior para la lectura de cargos, “probablemente dentro de dos o tres semanas dado el número de acusados”.
De momento no se ha revelado si el expresidente ya habría llegado a un acuerdo para programar el encausamiento, que en el condado de Fulton puede realizarse de manera virtual.
“Queda a criterio del juez. Para el juez, dado el número de acusados, podría ser más fácil realizar una lectura de cargos virtual. También podrían ser procesados en días diferentes. Por lo tanto, es posible que veamos a algunos de ellos en persona y a otros de forma virtual”, agregó el experto legal.
La campaña electoral de Trump y su agenda, sería una de las razones que buscarían los abogados del exmandatario para “solicitar una comparecencia virtual para él o una no comparecencia”.
Durante esa cita en la corte, es de prever que Trump se declare no culpable como en las tres imputaciones anteriores. “En ese momento se empezarán a fijar las fechas, se convocarán reuniones de calendario y es ahí donde el juez decide los futuros encuentros antes del juicio”, dijo Acevedo.
La fiscal del distrito del condado de Fulton, Fani Willis, quien presentó los cargos contra el exmandatario, sometió a inicios de mes una propuesta para que el juicio comience el 4 de marzo de 2024.
Esto lo pondría un día antes de la fecha conocida como Súper Martes, cuando la mayoría de los delegados de cada partido están en juego en las primarias para decidir al próximo candidato presidencial republicano. Hasta ahora, Trump es el favorito para ganar la nominación de su partido de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
Sin embargo, este mismo jueves, poco antes de que Trump se entregara en la cárcel del condado de Fulton, la fiscal Willis propuso una nueva fecha que adelantaría el inicio del juicio para el próximo octubre. De momento el equipo legal del exmandatario no ha presentado una contrapropuesta.
En Atlanta, al contrario de lo que ocurrirá en Nueva York o en las cortes federales de Miami y Washington, en teoría sí se podría televisar el proceso judicial debido a las leyes del estado, que protegen los derechos de los medios de comunicación a entrar a las salas.
El juicio podría ser «muy largo»
En las sesiones iniciales, que en gran medida ocurren sin los acusados presentes, se discutirán la transferencia de documentos e información, así como la entrega de pruebas exculpatorias a la defensa.
“Cualquier cosa que pueda demostrar inocencia será entregada. Y eso es para todos los acusados… Y al mismo tiempo, programarán reuniones cuando comiencen a intentar decidir una fecha para que comience la selección del jurado, con el objetivo de que comience una fecha real para el juicio”, precisó Acevedo. “La mayor parte de eso quedará fuera de los ojos del público, serán manejados por abogados, en despachos, como ocurre con la mayoría de los acusados”.
El juicio, propuesto podría ser uno “muy largo”, dijo a la VOA Caren Morrison, profesora adjunta de leyes de la Universidad Estatal de Georgia.
“Probablemente no habrá 19 acusados que realmente vayan a juicio, pero aún así es probable que haya bastantes. Y como se ha visto en la acusación, hay 41 cargos. Hay muchísimos actos diferentes que necesitan ser probados. Entonces, por su naturaleza, será un juicio muy largo, diría que más de un año, incluida la selección del jurado”, apuntó.
La extensa acusación formal a los coacusados se centra sobre todo en violaciones de a Ley de Organizaciones Mafiosas y Corruptas de Georgia, conocida como Ley RICO, por sus siglas en inglés.
Para sostener estos cargos, los fiscales tendrán que demostrar que cada persona acusada en la acusación fue parte de una conspiración abierta para intentar revertir la derrota electoral de Trump, y es posible que los testigos tengan que testificar en múltiples juicios.
Melissa Redmon, profesora de derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgia, dijo a la agencia Reuters que los fiscales querrán juzgar a tantos acusados juntos como sea posible, «dado que el objetivo de RICO es poder contar la historia completa de lo que cada uno hizo y cómo sus acciones estaban interrelacionadas».
Calendario legal complicado
Al expresidente se le están acumulando los procesos legales en su contra. Donald Trump es el primer y hasta ahora el único exmandatario en la historia de EE. UU. en ser acusado en un caso penal.
El de Georgia es el cuarto proceso penal en menos de un año para Trump, que tiene previsto un juicio en marzo del año próximo en New York por pagos indebidos con fondos de campaña en 2016, un proceso en una corte federal en la Florida en mayo por mal manejo de documentos clasificados y otro en Washington por supuestamente intentar revertir los resultados de las elecciones de 2020.
Todo esto en medio de una carrera por la nominación presidencial republicana y potencialmente una campaña contra el candidato demócrata en 2024. De acuerdo con la ley estadounidense, los procesos legales en su contra no impiden al expresidente competir nuevamente por la jefatura de Estado.
El exmandatario ha descalificado todas las acusaciones en su contra como una «cacería de brujas» y en el caso de las acusaciones federales, lideradas por el Departamento de Justicia y el fiscal especial Jack Smith, un intento por dificultar su camino de regreso a la Casa Blanca en 2024 como «principal rival» republicano del presidente Joe Biden, candidato demócrata en las próximas presidenciales.
Sus abogados buscan demorar los juicios hasta después de noviembre del año venidero, mes de las votaciones. Analistas sostienen que quizá Trump espera poder perdonarse a sí mismo de regresar a la Casa Blanca, en una movida cuestionable desde el punto de vista ético, pero totalmente legal.
Sin embargo, en los casos de los procesos en Nueva York y Georgia este podría no ser el caso, pues el perdón presidencial no tiene jurisdicción sobre procesos estatales.
En el caso del territorio neoyorquino, la responsabilidad de conceder amnistía recaería en el gobernador, cargo que ocupa la demócrata Kathy Hochul. En Georgia, la autoridad para conceder indultos no recae en la gobernatura, sino en una junta estatal independiente.