La jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la general Laura Richardson, dijo que la clave para contrarrestar la creciente expansión de China y Rusia está en trabajar con los socios y aliados de la región.
Washington mantiene en el punto de mira la creciente influencia de China y Rusia en América Latina por las preocupantes consecuencias que podría acarrear esta expansión en cuanto a la inestabilidad, la inseguridad y la debilidad de las instituciones democráticas.
Así lo aseguró en entrevista con la Voz de América la general Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos, que insistió en la necesidad de trabajar con los socios y aliados de la región para contrarrestar el impacto de estas dos naciones.
“Tenemos que trabajar con los ejércitos y las fuerzas de defensa de nuestros socios y aliados, haciéndolos más fuertes y ayudándolos a superar estos desafíos transversales y estas amenazas”, dijo convencida de que este plan de trabajo conjunto permitirá que las naciones sean “más fuertes”.
Los “préstamos trampa” de Beijing
Richardson advirtió que el gobierno chino está incrementando su influencia en muchos países latinoamericanos con el pretexto de invertir en esta región, pero, según ella, en realidad esas inversiones no son tales, ya que no fomentan la prosperidad económica en tanto que trae a muchos trabajadores chinos y no fomentan la contratación local.
“No invierten en estos países porque traen a sus propios trabajadores chinos. No contratan a los trabajadores nacionales”, expuso.
En esa línea, también apuntó que China se está aprovechando de la debilidad de las economías latinoamericanas para ofrecerles, entre otras cosas, préstamos con una gran deuda que luego será imposible de asumir. Esa es, en su opinión, otra estrategia seguida por el país asiático para lograr un mayor poder en la región.
“Hay muchas cosas, inversiones que China está haciendo en puertos, aguas profundas, telecomunicaciones, infraestructura, proyectos que muchas veces no se hacen muy bien o hay mucha deuda, muchos préstamos que son pagados para que estos países la asuman”, comentó.
Los países del sur del continente, muchos de ellos ahogados por la economía y la fuerte inflación en todo el mundo, ven en estos proyectos chinos una oportunidad valiosa para sanear sus cuentas. Pero, según avisa Richardson, en realidad lo que hacen es hipotecarse muchísimo más.
“Lo llamamos ‘una trampa de la deuda’ que no ayuda a estos países a largo plazo. Así que tratamos de trabajar con ellos y asesorarlos sobre las trampas que podrían ocurrir”, agregó al respecto.
Las campañas de desinformación de Rusia
En relación con Rusia, la alta funcionaria estadounidense también expresó su preocupación por la posición que ha tomado el Kremlin en cuanto a las campañas de desinformación en Latinoamérica. Sobre eso, aseguró que el gobierno liderado por Vladimir Putin pretende socavar las instituciones democráticas, lo que supondría un peligroso movimiento para toda la región.
“Rusia es muy popular con la desinformación y las noticias falsas, y creo que ayudan a apuntalar candidatos en las elecciones que podrían no ser las personas adecuadas para promover la democracia y crear democracia”, indicó.
El Comando Sur confía en seguir estrechando lazos con sus socios y aliados en América Latina. Pero otros consideran que la Casa Blanca debe pensar de una forma más geoestratégica para contrarrestar la influencia de esos países.
“Esperamos que Estados Unidos le dé una prioridad estratégica a América Latina e invierta en la región de una manera estratégica”, indicó Eduardo Gamarra, profesor de política y relaciones internacionales de la Universidad Internacional de la Florida (FIU).