PROMISED LAND, Pensilvania, EE.UU. — No es exactamente un lugar donde mana leche y miel, pero el parque Promised Land (tierra prometida) ofrecía alivio el domingo a los habitantes de las ciudades del noreste de Estados Unidos que intentan escapar de una ola de calor de casi una semana que amenaza con intensificarse.
Las personas que podían hacerlo huyeron a piscinas, playas y sitios más elevados como el Parque Estatal Promised Land, a 550 metros (1.880 pies) en las Montañas Pocono de Pensilvania y a unas 2 horas y media en coche desde la ciudad de Nueva York y Filadelfia.
Desde el noroeste del país hasta las grandes planicies en el sur al intensamente poblado corredor de la carretera interestatal 95, más de 85 millones de estadounidenses se encontraban bajo advertencias de calor excesivo emitidas por el Servicio Meteorológico Nacional. La agencia advirtió de condiciones “extremadamente agobiantes” de Washington a Boston.
Incluso en Promised Land, se pronosticó que las temperaturas superarían los 32 grados Celsius (90 Fahrenheit), pero con la sombra de los bosques, el agua fresca de los lagos y las brisas de montaña, eran más que tolerables, dijeron algunos visitantes.
Rosa Chavez, una profesora de secundaria en Manhattan de 47 años de edad, se ponía protector solar en una playa en el lago Promised Land. Ella y su amiga Arlene Rodriguez, que la acompañó, acababan de experimentar la ola de calor en Europa mientras vacacionaban en Florencia, Italia, la semana pasada.
“El calor nos sigue”, dijo Rodriguez, de 47 años, agente de bienes raíces y administradora de propiedades.
Se prevé que numerosas temperaturas máximas históricas sean igualadas o superadas en el noreste, indicó el servicio meteorológico.
En Filadelfia se registraron 37 grados C (99 F) el domingo incluso antes de que se les agregara el nivel de humedad. La ciudad de Newark, Nueva Jersey, tuvo su quinto día consecutivo con temperaturas superiores a los 37 grados C (100 F) o más, la racha más larga de ese tipo desde que se comenzaron a llevar registros en 1931. Boston también llegó a 37 grados, superando el récord diario previo de 36 grados C (98 F) establecido en 1933.
En el noreste se han reportado al menos dos fallecimientos vinculados con el calor, y las autoridades advierten que podrían ocurrir más.
Funcionarios de Filadelfia extendieron una emergencia por el calor hasta el lunes por la noche, enviando a trabajadores a verificar cómo se encuentran las personas sin hogar y otros residentes vulnerables. La ciudad también abrió centros para refrescarse y colocó autobuses con aire acondicionado en cuatro intersecciones para que las personas puedan tener acceso a un ambiente fresco.
Los meteorólogos exhortaron a la gente a utilizar ropa ligera, beber mucha agua, limitar el tiempo que pasan en exteriores y verificar cómo se encuentran los ancianos y las mascotas.
La alcaldesa de Boston, Michelle Wu, declaró una emergencia por el calor hasta el lunes y mantuvo abiertos una docena de sitios para refrescarse.
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Los periodistas de The Associated Press Jennifer Peltz en la ciudad de Nueva York; Matthew Brown en Billings, Montana; Michael Hill en Albany, Nueva York; Jennifer McDermott en Providence, Rhode Island; y Curt Anderson en St. Petersburg, Florida, contribuyeron a este despacho.