El presidente Joe Biden guarda un minuto de silencio durante una ceremonia el domingo 11 de septiembre de 2022 en el Pentágono, en Washington, en honor de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001. (Foto: AP/Susan Walsh)

Washington, EE. UU.  — Los estadounidenses conmemoraron el domingo los sucesos del 11 de septiembre de 2001 con homenajes en medio de lágrimas y promesas de “nunca olvidar”, 21 años después de los atentados terroristas más letales en la historia del país.

Bonita Mentis, que portaba un collar con una fotografía de su hermana asesinada, Shevonne Mentis, aún siente la pérdida como si hubiese ocurrido ayer.

“Han pasado 21 años, pero para nosotros no son 21 años. Parece que fue apenas ayer”, dijo antes de leer los nombres de las víctimas en el World Trade Center frente a una multitud en la que estaban la vicepresidenta Kamala Harris y su esposo Doug Emhoff.

En el Pentágono, que también fue atacado ese 11 de septiembre, el presidente Joe Biden se comprometió a que Estados Unidos seguirá trabajando para erradicar los atentados terroristas, y exhortó a los estadounidenses a defender la “democracia misma que garantiza el derecho a la libertad que esos terroristas intentaron sepultar el 11 de septiembre en el fuego, humo y cenizas”. La primera dama Jill Biden habló en el monumento conmemorativo al Vuelo 93 en una pradera en Shanksville, Pensilvania, y estuvo acompañada por su hermana Bonny Jacobs.

El 11 de septiembre de 2001, extremistas de la red Al Qaeda se apoderaron de cuatro aviones de pasajeros para utilizarlos como misiles, estrellándolos contra el Pentágono y las Torres Gemelas del World Trade Center. La cuarta aeronave se dirigía a Washington, pero se estrelló cerca de Shanksville luego de que tripulantes y pasajeros intentaran allanar la cabina de los pilotos.

Los atentados derivaron en la muerte de casi 3.000 personas, obligaron a reconfigurar las políticas de seguridad nacional y desataron una “guerra contra el terrorismo” por parte de Estados Unidos a nivel mundial. Las ceremonias del domingo se llevaron a cabo poco más de un mes después de que Ayman al Zawahri, un personaje clave de Al Qaeda que ayudó a orquestar los ataques del 11 de septiembre, muriera al ser atacado por un dron estadounidense.

Pierre Roldan, que perdió a su primo Carlos Lillo, un paramédico, dijo que “tuvimos cierta forma de justicia” cuando Osama bin Laden murió a consecuencia de un ataque de Estados Unidos en 2011.

“Ahora que Al Zawahri se ha ido, al menos se nos sigue haciendo justicia”, declaró Roldan.

El autoproclamado cerebro de los ataques, Jalid Shaikh Mohamed, aún aguarda su presentación ante un tribunal militar, acción largamente postergada. Un abogado de uno de los codemandados de Mohamed confirmó esta semana las negociaciones en curso para un posible acuerdo con el fin de evitar un juicio y que se impongan sentencias menos duras, aunque largas de todas formas.

En una entrevista el sábado con The Associated Press, Jill Biden recordó haberse “muerto de miedo” al pensar que su hermana, azafata de United Airlines, pudiese estar en uno de los cuatro aviones secuestrados por los terroristas.

“Le llamé a Bonny para ver dónde estaba porque estaba muerta de miedo… No sabía dónde estaba, si estaba volando, dónde estaba”, recordó la primera dama. “Y entonces hallé que estaba en su casa”.

Biden había acudido a impartir su clase al Delaware Technical Community College, y luego se fue directo a casa de su hermana después de que las clases se suspendieron.

En sus declaraciones en Shanksville, la primera dama dijo que, después de que la conmoción por los hechos del 11 de septiembre “se tornó en tristeza” y ella ya había hablado con su esposo y sus hijos, pensó en su hermana, que sigue laborando como azafata para United Airlines.

“Es un trabajo que ella ha amado por muchos años, y sabía que el peso de esta tragedia sería más duro para ella”, señaló Jill Biden “Cuando llegué a su casa, me di cuenta que tenía razón. Ella no sólo había perdido a colegas. Había perdido a amigos”.

“Pero sé que, a medida que nos enteramos de más cosas acerca de ese día oscuro, ella sintió orgullo por lo que ocurrió aquí también, orgullo de que fueron sus colegas sobrecargos y los pasajeros del Vuelo 93 de United los que contraatacaron, los que ayudaron a detener el avión para que no cobrara un incontable número de vidas en la capital de nuestra nación”, agregó.

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Los periodistas de The Associated Press Colleen Long y Darlene Superville en Washington, Ron Todt en Filadelfia y Dave Collins en Hartford, Connecticut, contribuyeron a este despacho.

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