EE. UU.
El incremento en las llegadas irregulares de migrantes a la frontera suroeste de EE. UU. durante los últimos años centró la atención pública en la crisis de movilidad que enfrenta la región

El incremento en las llegadas irregulares de migrantes a la frontera suroeste de EE. UU. durante los últimos años centró la atención pública en la crisis de movilidad que enfrenta la región. En ese contexto y de cara a las elecciones presidenciales de noviembre, el tema de la inmigración es clave para los candidatos.

WASHINGTON Por primera vez en años, la inmigración saltó en 2024 a los primeros puestos en la lista de preocupaciones de los estadounidenses. El manejo de la frontera sur, la gestión de la “crisis” migratoria y la integración de los inmigrantes a la sociedad tomaron protagonismo en este ciclo electoral, tanto en las campañas de los principales candidatos presidenciales, como en las encuestas a votantes.

Este ha sido el tema más mencionado entre los que han generado polarización política en los últimos 25 años, según un análisis de la consultora Gallup, que registra como una “constante” que el 27 % de personas encuestadas lo considera el “problema más importante que enfrenta Estados Unidos”.

Esta tendencia se ha mantenido estable desde diciembre de 2023, cuando la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de EE. UU. (CBP en inglés) registró uno de sus mayores récords de llegadas de migrantes a la frontera con México en la última década.

“La inmigración se ha vuelto mucho más visible en la sociedad estadounidense… La cuestión de la frontera se ha convertido en tema de debate mucho más amplio a medida que el número de personas que llegan a la frontera y cruzan sin autorización ha crecido”, dijo a la Voz de América Andrew Selee, presidente del Instituto de Políticas Migratorias en Washington.

Este gran flujo supone una presión para las autoridades migratorias de EEUU, que tienen límites en su capacidad de procesar al amplio número de personas que intentan cruzar irregularmente a territorio estadounidense. La mayoría de los votantes, según Selee, coinciden en pensar que la situación es “caótica”.

Este resultado se produce a pesar de que cerca del 14 % de la población del país, o una de cada cuatro personas, nació en el extranjero o tiene padres nacidos fuera de EE. UU.

Elizabeth Jacobs, directora de políticas y asuntos regulatorios del Centro de Estudios de Inmigración en Washington, agregó que este énfasis se debe a que “el país ha soportado probablemente la crisis fronteriza más severa que jamás haya experimentado en su historia… por lo que es una imagen muy clara de abdicación del estado de derecho y del orden público a la que los estadounidenses están respondiendo”.

Medidas para contener cifras récords de llegadas

Después de una caída durante la pandemia – en gran parte debido a restricciones impuestas por la administración del expresidente Donald Trump y luego mantenidas en parte por su sucesor Joe Biden – las llegadas de migrantes a la frontera con México registraron récords de más de 2,3 millones en 2022 y 2,4 millones en 2023.

Los encuentros con inmigrantes irregulares aumentaron significativamente a partir de marzo de 2022, con un pico hasta ahora no superado de 301.980 en diciembre pasado, según cifras de CBP.

Todo esto a pesar de que la administración Biden impulsó en enero de 2023 un programa de parole humanitario combinado con restricciones a los cruces irregulares diseñado para disminuir la entrada de venezolanos, nicaragüenses, cubanos y haitianos, las nacionalidades con mayor representación en los registros hasta ese momento.

En conjunto con la ampliación de vías legales para la migración y la estrecha colaboración con México y otros países de la región, Biden también anunció limitaciones a la concesión de asilo en la frontera sur relacionada con los flujos de llegadas.

Según analistas, estas medidas son las más restrictivas anunciadas por un gobierno demócrata hasta el momento y se pusieron en vigor luego de negociaciones fallidas con el ala más extrema del partido republicano, quienes rechazaron la propuesta migratoria de Biden bajo indicaciones de Trump, considerado el líder de esa formación.

Biden -agregó Andrew Selee- se ha “inclinado por la idea” de que EEUU es un país de inmigrantes, por lo que deberían ser bienvenidos. Sin embargo, durante los últimos meses “comenzó a intentar endurecer los requisitos para ingresar en la frontera y los procesos de ingreso y acceso al asilo”.

Esta movida, de acuerdo con los expertos, podría ser un intento de “reconocer” que tiene “un problema de opinión pública” y que “gran número de estadounidenses están preocupados específicamente por cómo cruza la gente la frontera”. Sin embargo, ha recibido fuertes críticas de otros demócratas y organizaciones pro inmigrantes, que ya la han desafiado en tribunales.

“No creo que Biden pueda ganarse a la opinión pública estadounidense sobre la inmigración, pero está intentando detener la hemorragia. Está tratando de que sea un tema menos público, porque los números bajan y salen de las portadas”, apuntó Selee.

Se trata de una “estrategia sobre óptica”, dijo por su lado Elizabeth Jacobs. “No creo que las políticas que la administración Biden está implementando en este momento serán eficaces para lograr los objetivos que dicen que cumplirá, pero le brinda al presidente Biden la oportunidad de decir: lo intentamos”, agregó.

La migración desde ambos lados del espectro

La extrema polarización que sufre EEUU causa frustración entre votantes de ambos lados, quienes han sido testigos de la inacción en un Congreso extremadamente dividido. Sin embargo, los demócratas son más propensos a un acercamiento menos crítico con la inmigración. Con esto cuenta el equipo de Biden para demostrar que son una mejor opción frente a Trump.

“La gente en la frontera no es una amenaza para nosotros. Los necesitamos en nuestro país. Siempre hemos tenido gente cruzando la frontera. Y es una pena que los traten como lo son. Y creo que Biden encontrará una respuesta si simplemente se lo permiten”, dijo a la Voz de América la votante demócrata de Carolina del Sur, Donna Tate.

Sólo un 11 % de los partidarios del actual presidente están en contra de ampliar vías legales para los inmigrantes. Por otro lado, 6 de cada 10 seguidores de Trump están a favor de la deportación masiva que ha prometido el exmandatario en su campaña para regresar a la Casa Blanca.

“Nos preocupa la inmigración ilegal. Porque todos sabemos que nuestro país está saturado de ilegales, lo que supone una carga para nuestros sistemas escolares. Una nación sin fronteras no puede mantenerse”, aseguró a la VOA el legislador estatal republicano de origen cubano, José Cambrills.

A pesar de sus recientes medidas restrictivas, la administración Biden se ha diferenciado del gobierno de Trump al ampliar vías legales para llegar a EEUU y promover el financiamiento de programas sociales en América Latina, cruciales -según expertos- para enfrentar la crisis migratoria que vive la región. El actual presidente asegura que su colaboración con México ha logrado disminuir los números de cruces irregulares.

Por su parte, el expresidente Trump impulsó una política más dura contra los migrantes. Durante su campaña en 2020 culpó -sin base- a quienes llegaban al país de aumentar el crimen y robar los trabajos de los estadounidenses.

En su gestión, redujo el número de visas de trabajo, prohibió la entrada a ciudadanos de países predominantemente musulmanes y puso en vigor el Título 42 que durante la pandemia permitió la devolución a México de los migrantes irregulares. Este sólo fue derogado por Biden en mayo del año pasado.

¿Cómo influye la elección en los flujos migratorios?

La incertidumbre acerca de la posible llegada de una administración diferente a la actual, mantiene en vilo a quienes aún buscan cruzar hacia EEUU en la frontera suroeste. Jacobs, del Centro de Estudios de Inmigración en Washington, explicó que históricamente, las políticas fronterizas cambian rápidamente luego de una elección, lo que afecta los flujos migratorios.

“Tiende a haber una caída temporal en las cifras (de cruces irregulares) mientras la gente intenta entender cómo les afectarán las nuevas políticas migratorias o si existen lagunas en dichas políticas. Después de un tiempo, las cifras tienden a aumentar después de que el panorama se haya entendido mejor”, dijo a la VOA.

Al inicio del primer año fiscal de la administración Biden en 2021, el número de encuentros mensuales con migrantes irregulares se ubicaba en unos 72.000. En mayo de 2024, el número superó los 170.000.

Jacobs opinó que en esta elección, los votantes están “en una circunstancia realmente especial en la que realmente tenemos dos presidentes en ejercicio compitiendo entre sí”, lo que, según la analista, deja la elección entre “¿quieren volver a políticas más estrictas de control de fronteras y de inmigración que vieron bajo la administración Trump, o están contentos con el status quo bajo la administración Biden?”.

Sin importar quién resulte ganador en las próximas elecciones, expertos coinciden en que las primeras acciones relacionadas con la inmigración deben llegar al Congreso para “lidiar” con los procesos en la frontera y asignar recursos a las agencias que administran esta área.

Pese a las divisiones sobre las maneras de atender la crisis migratoria, los estadounidenses parecen unidos en su preocupación por la frontera, incluso entre sectores independientes y demócratas, según los expertos.

“Pero los estadounidenses el tema de la inmigración parece muy polarizado pero en realidad, la mayoría están en el mismo lugar, piensan que necesitamos inmigrantes. Los inmigrantes son una parte importante del país. Quieren ver a personas que han estado aquí durante mucho tiempo integradas en la sociedad. Pero también quieren que la frontera esté bajo mucho más control”, concluyó Selee.

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