Los líderes de América del Norte se encontraron en la capital estadounidense, este 18 de noviembre, para la novena edición de la cumbre regional. En la agenda destacó economía, migración y seguridad alimentaria en el contexto de la pandemia.
Esta Cumbre de Líderes de Norteamérica (NALS, por sus siglas en inglés), tiene como anfitrión al presidente Joe Biden, y no se realizaba desde 2016.
Esta es la primera vez que los jefes de Estado de los tres países se reúnen en cinco años.
El presidente Biden, confió en que su alianza con su homólogo de México, Andrés Manuel López Obrador, demuestre que «las democracias pueden funcionar», ante el auge de modelos autocráticos como el chino.
Al comienzo de su reunión con López Obrador en la Casa Blanca, Biden dijo además que ya no considera a México como el vecino «del sur», sino que quiere que ambas naciones se relacionen como «países iguales», en base al «respeto mutuo».
«Cuando yo era vicepresidente y, ahora en mi Presidencia, yo siempre he dicho que no iba a hacer la política de los buenos vecinos, sino la política de la igualdad», manifestó.
Por su parte López Obrador, dio las gracias a su homólogo estadounidense, Joe Biden, por no tratar a México como «patio trasero», y celebró su «trato respetuoso».
«Estoy seguro de que ambos estamos comprometidos para que la democracia realmente ayude a nuestros pueblos. La democracia en los últimos 20 años se ha visto reducida, son menos», dijo Biden en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca al inicio de su primera reunión en persona con López Obrador.
Antes de que los periodistas entraran en el Despacho Oval ambos líderes conversaron brevemente sobre algunos de los cuadros y figuras de expresidentes de EE. UU. que decoran esa sala y entre los que figura una imagen de Franklin D. Roosevelt (1933-1945).
Biden recordó que Roosevelt fundó la política del «buen vecino» hacia Latinoamérica, y dijo que él como presidente y también cuando era vicepresidente con Barack Obama (2008-2017) siempre ha apostado por una política que trate a las naciones como iguales.
MIGRACIÓN TEMA CLAVE PARA EE. UU., Y MÉXICO
Simpatizantes de AMLO, acrónimo del presidente mexicano, llegaron acompañados de mariachis, con la esperanza de que su presidente, abogue para que se apruebe la ansiada reforma migratoria, que es uno de los proyectos bandera del presidente Biden, pero que no ha avanzado en el Congreso por la falta de respaldo de los republicanos y la limitada mayoría de los demócratas.
La ambiciosa propuesta prevé un proceso de ocho años para que millones de indocumentados del país puedan lograr la ciudadanía, además de otorgar una residencia legal inmediata para los inmigrantes sin papeles que llegaron al país de niños, conocidos como «soñadores», a los beneficiarios del Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés) y los trabajadores agrícolas.
«Estamos exigiendo a que Biden cumpla lo que prometió», decía Javier, quien llegó a la capital estadounidense desde Nueva York.
Ataviado con un sombrero de paja típico de su país, Javier exigió a los demócratas y republicanos dejar de «echarse la pelotita», en alusión al trámite en el Congreso de la reforma migratoria. Se le sumo un puñado de manifestantes centroamericanos y venezolanos, beneficiados por el TPS.
Los manifestantes instalaron tres cruces de madera, a dos de las cuales se habían amarrado los religiosos José Landaverde, procedente de Chicago (Illinois), y Francisco Aguirre, de Portland (Oregón), para llamar la atención sobre el sufrimiento de quienes no cuenta con un estatus legal en este país.
«Ya basta, Gobierno. Deja de crucificar al pueblo migrante, deja de crucificar al tepesiano», afirmó Aguirre, quien, dirigiéndose al Congreso, insistió en que «es tiempo de dar ese alivio».
López Obrador, en sus respectivas reuniones con Joe Biden y con la vicepresidenta Kamala Harris, agradeció las intenciones del su gobierno de buscar la regularización de la mayoría de los migrantes, e instó al Congreso a que apruebe una reforma migratoria. Añadió que hay «gente muy trabajadora, honrada, que vive en Estados Unidos desde hace mucho tiempo», y que «no hay una iniciativa mejor que esa en el terreno migratorio», por lo que México estará «observando» la evolución de esa propuesta.
López Obrador también subrayó la importancia de que Estados Unidos y México inviertan en Centroamérica «para que haya trabajos y haya bienestar» en la región, y que «la migración sea opcional, no forzosa, por necesidad o por violencia».
Opinó además que, si se «fortalece la integración económica en América del Norte, se va a necesitar ordenar el flujo migratorio», lo que puede generar oportunidades y «empleos» en la región.
También reiteró su idea de integrar económicamente todo el continente americano al estilo de la Unión Europea, y «producir» más en la región lo que se necesita, para «no estar dependiendo de importaciones» y aprovechar la «gran demanda en América».
«La integración económica del América del Norte es una opción, y como ideal, la integración del continente americano, para ser la región más fuerte económicamente del mundo», subrayó.
Por su parte, la vicepresidenta estadounidense aseguró que la reunión entre ambos era una «continuación» de la que mantuvieron en junio en Ciudad de México, y dijo que ha «disfrutado de todas las conversaciones» que ha mantenido con el presidente mexicano.
LOS ANTECEDENTES
Los exembajadores de Estados Unidos en Canadá y México David Jacobson (basado en Canadá entre 2009-2013) y Earl Anthony Wayne (basado en México entre 2011 y 2015) explicaron en un artículo de opinión el significado y alcance de la cumbre.
«Las prioridades de colaboración incluyen la competitividad de Norteamérica, su capacidad de aprender de la pandemia y reconstruir mejor su estrategia ante los cada vez más profundos desafíos del cambio climático, la cooperación para fortalecer la seguridad nacional, colaborar en el tema migratorio», indicaron los diplomáticos.
Ambos recordaron que en el pasado fueron testigos de cuánto puede una cumbre conseguir. «Es tiempo de volver a dar esos pasos hacia adelante».
La primera de estas cumbres se celebró en el 2005; en las reuniones anteriores los líderes de los tres países acordaron una serie de propuestas a futuro que buscaban promover la competitividad de América del Norte, fomentar la cooperación en materia de innovación y tecnología y colaboración en sectores clave.
En el pasado se enfocaron también en intentar alianzas en materia de energía limpia y cambio climático, trabajar para modernizar y mejorar los procesos de comercio y viajes transfronterizos, y ayudar a atender los retos de migración y desarrollo en Centroamérica.
México ha reiterado su política de no injerencia en lo que cataloga como asuntos internos de otros países. Estados Unidos por su lado ha criticado los hechos recientes de los Cuba, Nicaragua y Venezuela, cuyos gobiernos de izquierda avanzan en agendas que contrastan con la idea de democracia que rige a occidente.
La reunión de los tres mandatarios de Norteamérica llega en momentos en que mantienen una red de comercio y producción que se distingue por su magnitud en el mundo, con unos 2 millones de dólares por minuto en comercio transfronterizo.
El comercio mantiene empleados a más de 12 millones de trabajadores y campesinos en Estados Unidos.
«Qué tan bien trabajen estos tres países juntos tiene un impacto significativo en el bienestar y la seguridad de cada uno de ellos. Una América del Norte más alineada será también más capaz de competir bien en el mercado global», indicaron Jacobson y Wayne.
CANADÁ Y MÉXICO REFUERZAN SUS LAZOS
El primer encuentro fue entre el presidente López Obrador, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, que celebraron su primera reunión bilateral cara a cara.
Antes del encuentro bilateral, y mientras se saludaban frente a los medios de comunicación, el gobernante mexicano subrayó: «somos pueblos y naciones hermanas».
Por su parte, Trudeau afirmó que era «un gran placer estar aquí» para reunirse con el presidente de México. «Hay muchas grandes cosas de las que hablar y muchas cosas en las que estamos de acuerdo. Y estoy muy interesado en sentarme con él», apuntó.
Previo al encuentro, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, señaló que los principales temas de la reunión serían «la reconciliación con los pueblos indígenas», así como temas de seguridad.
EL DATO
La anterior cumbre de Norteamérica, conocida popularmente como de «los tres amigos», se realizó en 2016 en Ottawa con la presencia de Trudeau y de los entonces presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y México, Enrique Peña Nieto.