Redacción Ciencia, .- El pequeño helicóptero Ingenuity de la NASA hizo hoy historia al realizar el primer vuelo controlado y con motor de una aeronave en otro planeta, Marte.
El equipo del JPL-NASA, Laboratorio de propulsión a chorro, encargado de controlar la misión desde California, informó en directo de la recepción de los datos que confirmaron que había despegado, flotado y vuelto a aterrizar en el cráter Jezero de Marte.
Además, se recibió una imagen en blanco y negro tomada por el helicóptero de su sombra mientras estaba en el aire y un pequeño vídeo grabado por el rover Perseverance, que permanece a varios metros y sirve de enlace de comunicación.
La confirmación de que el pequeño aparato (1,8 kilos de peso) pasó con honores una prueba increíblemente complicada se produjo a las 10.46 GMT.
El helicóptero de propulsión solar despegó a las 12.33 hora solar media local de Marte (07.34 GMT), ascendió hasta su altitud máxima prescrita de 3 metros, se mantuvo en vuelo estacionario durante 30 segundos para descender y volver a tocar la superficie. En total 39,1 segundos de vuelo.
Los 278 millones de kilómetros que separan ambos planetas hacen imposible que haya datos en directo -el desfase es de unos 15 minutos-, por eso Ingenuity recibió ayer las instrucciones, pero hoy tuvo que gestionar el vuelo por sí mismo.
Después de recibir los datos, el equipo del JPL-NASA estalló en vítores, aplausos y alegría detrás de las mascarillas.
Mimi Aung, gerente del proyecto para Ingenuity en el JPL, señaló: «Ahora podemos decir que el ser humano ha conseguido volar por primera vez en otro planeta» y desbordada por la emoción recordó los seis años de trabajo, a la vez que aseguró que «si no fuera por la covid-19 abrazaría» a todos sus compañeros.
Elevar el vuelo en Marte no es empresa fácil. Aunque la gravedad es aproximadamente un tercio de la nuestra, la presión de la atmósfera en la superficie solo es el 1 % de la terrestre, por eso, sus palas tuvieron que rotar mucho más rápido, 2.537 revoluciones por minuto.
Todo el proceso ha sido seguido de cerca por el rover Perseverance, que llevó el helicóptero hasta Marte en su «panza» y asegura sus comunicaciones. En su perfil de Twitter escribió: «no se pueden imaginar lo que acabo de ver», acompañado de un gif en que se ve el vuelo, que ha grabado en color.
El JPL destacó en un tuit que es posible «el vuelo motorizado y controlado desde la superficie de otro planeta. Hace falta un poco de ingenio, perseverancia y espíritu para hacer realidad esta oportunidad».
Ha sido la primera, pero no la última vez que lo intente. Su misión durará 30 soles (días marcianos), durante los que podría alzar el vuelo otras cinco veces y, como dice el lema olímpico, intentará que sea más alto (hasta cinco metros) y más lejos.
Ingenuity tiene aire de fragilidad, con 1,2 metros de envergadura, está formado por un pequeño cuerpo en forma de cubo, que albergan sensores, cámaras y baterías; dos pares de palas de fibra de carbono, situados uno sobre el otro, encima una antena y una pequeña placa solar, y cuatro finas patas para posarse.
La NASA retransmitió en directo desde la sala del JLP donde se recibieron los datos. A las 10.40 GMT el ingeniero encargado de la recepción, identificado como Michael, pronunció un lacónico y neutro «empezando a ver datos», y al poco: «parecen nominales».
Ahí empezaron unos minutos de tensión mientras iban entrando y analizando lo recibido desde Marte: telemetría, batería, informe de telecámara, seguía diciendo el ingeniero con el mismo tono que no dejaba traslucir ni una emoción.
Finalmente la NASA confirmó que «los datos revelan que el helicóptero ha tenido un primer vuelo exitoso».
Esta empresa ha sido parangonada por la NASA a la hazaña lograda en 1903 por los hermanos Wright, que realizaron el primer vuelo a motor. De hecho, Ingenuity lleva debajo de sus rotores un pequeño trozo de tela de las alas de aquel avión, y Aung también los recordó hoy.