Minorias padecen restricciones para rentar una vivienda en Estados Unidos, según un documento de trabajo de la Oficina Nacional de Investigación Económica que señala que el nombre de la persona interesada en alquilar influye en la respuesta a su interés por la propiedad. Este trabajo, el mayor de su tipo hasta la fecha y publicado el pasado noviembre, surge de un experimento por el cual un robot informático envió consultas de inquilinos ficticios a 8.476 administradores que habían anunciado en plataformas en internet sus propiedades en los 50 mercados inmobiliarios metropolitanos más importantes del país.
En total se registraron más de 25.000 interacciones con administradores y los resultados, según los autores, demuestran «discriminación racial» en el mercado de alquiler de Estados Unidos.
«Los inquilinos afroamericanos e hispanos/latinos siguen enfrentando restricciones discriminatorias en la mayoría de las ciudades de Estados Unidos», destacan los autores.
Al día siguiente de publicarse un anuncio en las plataformas, el robot informático envió consultas utilizando identidades ficticias con nombres y apellidos que se asocian con una de las tres categorías raciales/étnicas del estudio, ya fueran afroamericanos, hispanos o blancos. Las consultas enviadas desde identidades de inquilinos blancos recibieron una tasa de respuesta media del 60 %, mientras que las realizadas desde nombres asociados a afroamericanos e hispanos tuvieron tasas 5,6 y 2,8 puntos porcentuales más bajas, respectivamente.
Las respuestas de los administradores de propiedades se registraron como tales si se recibían en un plazo de siete días e indicaban que la propiedad estaba disponible.
Las consultas enviadas desde las identidades latinas enfrentaron mayores limitaciones en el noreste del país (8,1 % menos respuestas que los blancos), el sur y el medio oeste (5,2 % y 3,6 %) y luego el oeste (2,6 %).
Los resultados también indican que los inquilinos negros se enfrentan a mayores restricciones que los hispanos/latinos en todas las regiones, aunque las diferencias solo son estadísticamente significativas en el medio oeste y el oeste, destacan los autores.
En concreto, las mayores limitaciones para los afroamericanos se registraron en Chicago, Los Ángeles y Louisville (Kentucky), mientras que en el caso de los latinos fueron Houston, Louisville (Kentucky) y Providence (Rhode Island).
La discriminación en materia de vivienda puede tener un impacto «crítico» en la elección de la ubicación residencial y el acceso a futuras oportunidades, señala el trabajo, que destaca la «fuerte relación entre la segregación de los barrios y la discriminación racial en el mercado de alquiler».