Una organización indígena elevó esta semana a 523 el número de internados donde se forzó en Estados Unidos la asimilación de niños aborígenes, 115 más de lo admitido hasta el momento por las autoridades.
Una investigación del National Native American Boarding School Healing Coalition (NABSHC), una organización de apoyo a las víctimas de esos centros descubrió la existencia de esos 115 internados que se suman a los 408 que las autoridades estadounidenses reconocieron en 2022.
Los internados, donde se forzó la asimilación de la población indígena estadounidense, funcionaron entre principios del siglo XIX y la segunda mitad del siglo XX.
Los nuevos 115 internados incluidos fueron en su mayoría gestionados por organizaciones religiosas, de forma similar a lo que sucedió en la misma época en la vecina Canadá.
El subdirector de NABSHC, Samuel Torres, declaró al periódico «The Washington Post» que «no importa quién fue el cómplice en el funcionamiento de esas escuelas».
«Ya fuese el Gobierno federal o una iglesia o grupo religioso, pensaban que era aceptable crear estas escuelas y sustraer niños indígenas de sus tierras, robarles su lenguaje y reprogramarlos», añadió.
Hasta ahora se conocía la existencia de 408 internados que estuvieron dirigidos o apoyados por el Gobierno federal. Una investigación oficial reveló en mayo de 2022 que cientos de niños indígenas murieron en esos centros, aunque la cifra real puede ser muy superior.
En los 408 internados gubernamentales, que funcionaron entre 1819 y 1969, los indígenas -en su mayoría niños- eran sometidos a trabajos forzosos y educados al estilo militar, y tenían prohibido, bajo amenaza de duros castigos, hablar en sus lenguas nativas o practicar sus religiones.
En el caso de Canadá, grupos indígenas anunciaron en 2021 y 2022 el descubrimiento de centenares de tumbas sin marcar en terrenos de los antiguos internados de asimilación. Se cree que las tumbas contienen los restos de centenares de niños indígenas canadienses muertos en las llamadas residencias escolares.