Con el envejecimiento y ralentización del crecimiento poblacional en EE. UU., las autoridades migratorias deberían permitir una mayor afluencia de trabajadores inmigrantes, especialmente hispanos, para mantener la competitividad económica del país, según un estudio divulgado esta semana por el Instituto Baker de la Universidad Rice. «El envejecimiento de la población nativa impactará el mercado laboral sin la afluencia de trabajadores», alertaron los investigadores de ese centro docente con sede en Houston (Texas), y señalaron que la inmigración debe verse como una «oportunidad» para resolver el problema.
«La fuerza laboral estadounidense estará bajo una enorme presión a medida que los cambios demográficos impacten en la economía en general», indicaron los autores del estudio Tony Payán, director del Centro del Instituto Baker para Estados Unidos y México, y Pamela Lizette Cruz, analista de investigación.
HISPANOS, LOS DE MAYOR CRECIMIENTO
Los investigadores dijeron a Efe que los hispanos son «clave» para enfrentar estas amenazas porque están impulsando el crecimiento de la fuerza laboral del país y por ello «sus contribuciones y trabajo merecen más reconocimiento».
Recalcaron que los latinos representan «más de la mitad de todo el crecimiento demográfico de Estados Unidos durante la última década y seguirán cubriendo las brechas críticas de la fuerza laboral».
Particularmente, expresaron, esta comunidad será crucial «en las industrias con mayor escasez de mano de obra, como la hostelería y los servicios de alimentos, la agricultura, la construcción, la atención médica y la fabricación».
Ambos expertos recordaron que la población hispana, que incluye personas de cualquier etnicidad, superó los 62 millones en 2020. Indicaron que la fuerza laboral hispana ha crecido de 10,7 millones en 1990 a 29 millones en 2020, y se prevé que alcance los 36 millones en 2030. «Estos datos demuestran que el crecimiento y la fuerza laboral de la comunidad hispana son clave para el futuro y el bienestar económico de Estados Unidos», agregaron Payán y Cruz.
REFORMA MIGRATORIA
Según el estudio, una reforma migratoria «es clave para mantener competitiva la economía estadounidense» y criticó que el sistema migratorio del país no está haciendo su trabajo.
«No está proporcionando a la economía de la nación suficientes trabajadores altamente calificados y productivos para crecer y seguir siendo competitivos a escala mundial», indicaron los investigadores.
Datos oficiales sugieren que la desaceleración del crecimiento y el envejecimiento de la población durante años amenazan el mercado laboral. En 2021, la población creció a la tasa más baja desde la fundación de la nación: solo el 0,1 %.
Además, la Oficina del Censo proyecta que para 2034 los estadounidenses mayores de 65 años superarán en número a los menores de 18 años por primera vez en la historia de la nación.
«La reforma migratoria podría aliviar la presión causada por estas tendencias demográficas y asegurar la estabilidad y competitividad de Estados Unidos en la economía global», enfatizaron los autores.
«Existe una necesidad urgente de que el Congreso actúe, especialmente después de que la pandemia de COVID-19 resaltó las muchas barreras, desafíos, vulnerabilidades e inequidades que enfrentan las poblaciones vulnerables», detalla el análisis, aludiendo a inmigrantes y personas adultas mayores.
«Es primordial que Estados Unidos invierta en su fuerza laboral esencial ahora y en el futuro», agrega el análisis.
Aunque hay más estadounidenses mayores trabajando que en décadas anteriores, su número no se mantendrá al día con la necesidad de mano de obra en sectores clave de la economía, especialmente en las industrias de servicios», especifica.
INMIGRACIÓN, LA ESPERANZA
Según el informe, en la próxima década la inmigración internacional neta a EE. UU. superará a los nacimientos nativos como el principal impulsor del crecimiento de la población.
Las tasas de fertilidad estadounidenses cayeron un 4 % en 2020, un mínimo histórico para el país. «Y debido a que, cada vez más, los inmigrantes de América Latina y Asia son más jóvenes y sus tasas de fertilidad son más altas que en años anteriores, Estados Unidos se volverá más étnicamente diverso», escriben los autores.
Actualmente, las personas de minorías representan el 23 % de la población de 65 años o más en EE.UU. Se prevé que esa proporción aumente al 45 % para 2060.
«Esto tendrá serias implicaciones para el desarrollo de una fuerza laboral con habilidades lingüísticas y culturales que se ajusten a las necesidades de una población creciente y diversa», detallan.
Payán y Cruz argumentan que EE. UU. debe establecer nuevas vías de inmigración legal y ampliar las existentes para abordar las necesidades futuras de la economía.
«Determinar el nivel ideal de flujos de inmigrantes es un desafío y, a menudo, está politizado y polarizado», se lamentaron.
Sin embargo, Estados Unidos «debe modernizar un sistema de inmigración obsoleto que es incapaz de adaptarse a los problemas a largo plazo que se avecinan», escriben. «Prepararse para los cambios que se avecinan va más allá de estudiar las tendencias demográficas; requiere estrategias innovadoras y respuestas políticas sólidas», añaden.
Payán y Cruz señalan que la inmigración «debe verse como la mayor oportunidad para impulsar el crecimiento general y construir una fuerza laboral más fuerte y legal, y mantener a Estados Unidos prosperando en una economía mundial cada vez más competitiva», concluyeron.