La demócrata Gloria Molina, pionera de las latinas en la política de California y Los Ángeles, falleció la noche del domingo a los 74 años tras una batallas de varios años contra el cáncer, informó su hija Valentina Martínez en un comunicado.
Señaló que Molina, de origen mexicano, murió en su residencia de Los Ángeles, rodeada de la familia.
«Enfrentó esta lucha con el mismo coraje y resiliencia con que vivió su vida», subraya el comunicado.
«Estamos muy orgullosos de que Gloria sea recordada en la historia por el impacto que tuvo en Los Ángeles, el estado y el país como activista chicana, asambleísta estatal, concejal de la ciudad de Los Ángeles y supervisora del condado de Los Ángeles», detalla.
Molina es un referente entre las latinas, ya que fue la primera de esa comunidad elegida para la Asamblea de California en 1982, y además sirvió en la Casa Blanca durante la administración de Jimmy Carter (1977-1981) como asistente del mandatario.
En 1987 fue la primera hispana elegida en llegar al Concejo de Los Ángeles y en 1991 repitió la hazaña al conquistar un puesto en la Junta de Supervisores de Los Ángeles, en la que estuvo hasta 2014, cuando se aprobó una norma que no permite a los supervisores a ocupar su puesto más de tres términos.
En su carrera política Molina a menudo se enfrentó a candidatos hombres y mejor establecidos en cargos en los que las mujeres nunca habían logrado ganar, lo que inspiró a muchas latinas a seguir sus pasos.
Solo perdió una contienda cuando en marzo de 2015 decidió regresar a la arena política por un puesto en el Concejo de Los Ángeles contra el entonces concejal José Huizar.
«Hemos perdido a una gran defensora de la justicia social», dijo este lunes Domingo García, presidente La Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), la organización hispana más antigua del país.
Destacó que Molina dio muchas batallas por la equidad laboral y la igualdad de los latinos y fue «implacable en políticas de acceso a la vivienda, los servicios de salud, la inversión en los barrios hispanos y la representación en la política de esta comunidad.
Gloria Molina, la mayor de diez hijos e hija de padres mexicanos, nació en Pico Rivera y su compromiso con el servicio público comenzó desde muy joven.
«Gloria era conocida por su temperamento de acero, sus preguntas incisivas y su oratoria elocuente», señala Domingo.
A principios de este año, en reconocimiento a su liderazgo e impacto, la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles cambió el nombre de Grand Park, un espacio público en el corazón del centro de Los Ángeles que la hispana luchó por crear. Ahora es Gloria Molina Grand Park.