En el umbral de otra reunión del Comité de Mercado Abierto del banco central, en Washington, ha ganado credibilidad la expectativa de un aterrizaje suave. No obstante, precisamente en este momento el precio del petróleo, uno de los componentes más volátiles del índice de precios al consumidor, la semana pasada ominosamente cruzó la barrera de $80 por barril.
Es un hecho que los precios más bajos de los combustibles han contribuido decisivamente a bajar la inflación. Por ejemplo, el precio de la gasolina regular sin plomo en Estados Unidos la semana pasada disminuyó a $3.54 por galón, desde más de $5 en junio de 2022. Eso es un descenso de 27 por ciento desde hace un año, después de aumentar 61 por ciento durante el año que finalizó en junio de 2022. Ningún otro componente del índice de precios ha disminuido tanto como los combustibles, por ende, hay preocupación de que su aumento pueda malograr el descenso gradual de la inflación, alcanzado hasta ahora en Estados Unidos sin aumentar el desempleo.
Varios factores están contribuyendo al alza de los precios del petróleo. Entre ellos, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, incluyendo Rusia, han anunciado recortes de producción, Arabia Saudita 1 millón de barriles por día en julio y agosto, así como Rusia 500,000 barriles por día en agosto. Además, en Estados Unidos los precios más bajos del petróleo han conducido a una disminución del número de plataformas activas, extractoras de petróleo y gas, desde 800 al comienzo de este año a 670 en junio.