La economía de Estados Unidos sorprendió otra vez al alcanzar crecimiento robusto durante el verano. La semana pasada, el Departamento de Comercio reveló que la economía creció, durante el tercer trimestre, a una tasa anual ajustada por inflación de casi 5 por ciento, desde alrededor de 2 por ciento en el trimestre anterior. Los principales protagonistas de esta vigorosa expansión fueron los persistentes consumidores, quienes durante el tercer trimestre aumentaron el gasto, principalmente en servicios, a una tasa anual de 4 por ciento. El otro aporte significativo lo hizo el aumento de los inventarios de las empresas, el cual contribuyó más de 1 por ciento al crecimiento del verano.
La fuerte creación de empleo, en más de medio millón de nuevos puestos de trabajo en agosto y septiembre, a la par de las recién divulgadas cifras de crecimiento, ambas desafían los modelos convencionales. Dado que la inflación se ha desacelerado, gracias a los aumentos de la tasa de interés por el banco central, desde la cúspide de 7.1 por ciento, alcanzada durante el verano de 2022, hasta alrededor de 3 por ciento el pasado septiembre.
La pregunta clave, descrita por el presidente del banco central Jerome Powell, es si este desempeño vigoroso de la creación de empleo y del crecimiento económico amenazan la habilidad de retroceder la inflación al objetivo de 2 por ciento. La respuesta a esta pregunta podrá saberse quizás después de que finalice la reunión de esta semana del banco central.