El presidente del banco de la Reserva Federal de Atlanta Raphael Bostic, en su último mensaje trimestral dedicado a las tendencias actuales de la inflación en Estados Unidos, subrayó la diferencia entre desinflación y deflación.
En gran parte debido al apretamiento de la política monetaria mediante tasas de interés más altas por el banco central, desde casi cero en marzo de 2022 a 5.25-5.50 por ciento hoy, la economía estadounidense está atravesando un proceso de inflación declinante, o desinflación. El Departamento de Comercio dijo la semana pasada que el índice de precios de los gastos de consumo personal, sobre una base anual, descendió a 3 por ciento en octubre, desde 3.4 por ciento en septiembre, todavía encima del objetivo de 2 por ciento del banco central.
Pero hasta ahora, a pesar de las medidas restrictivas, esta tendencia declinante en la inflación ha sido lograda con el desempleo debajo de 4 por ciento, el llamado “aterrizaje suave.” No todos los precios han subido. Por ejemplo, han disminuido los precios de los servicios y los de algunos bienes durables, como los autos y la línea blanca. Mientras que los precios de la vivienda y las rentas siguen altos, ante las elevadas tasas de interés y a pesar de una caída en las ventas.
La pregunta es si la postura restrictiva ha llegado al punto en el cual es suficiente para alcanzar el objetivo de 2 por ciento de inflación. La respuesta puede estar disponible el 13 de diciembre, al terminar en Washington la próxima reunión del Comité de Mercado Abierto.