La Guerra en Ucrania está causando un realineamiento en el sector energético que puede tener consecuencias geopolíticas. Comienza por el hecho que la guerra involucra a Rusia, el tercer productor mundial de petróleo y uno de los abastecedores principales de gas natural por gasoducto de Europa.
Por ejemplo, en mayo, China e India juntas le compraron a Rusia 2.4 millones de barriles de petróleo por día, equivalentes a la mitad de las exportaciones totales rusas de crudo. A pesar de que estas compras son hechas con un descuento de 30%, ante el alza de los precios del petróleo por encima de $100 dólares por barril, la Agencia Internacional de Energía estima que los ingresos petroleros de Rusia, desde enero, han aumentado 50 por ciento a $20,000 millones.
En junio, las importaciones de India de petróleo ruso se estima que llegarán a 1.15 millones de barriles diarios, desde 600,000 en marzo, superando a Irak, el anterior abastecedor principal, el cual exportará 1 millón de barriles por día.
Lo mismo sucede con el gas natural licuado (GNL). Entre febrero y abril, las importaciones de China desde Estados Unidos disminuyeron 95 por ciento comparadas con el año pasado, mientras que las importaciones desde Rusia aumentaron 50%. Además, las importaciones de China de petróleo ruso aumentaron en mayo al punto de desplazar a Arabia Saudita como el abastecedor principal.
Entretanto en Europa, Alemania está implementando un plan en tres etapas para lidiar con las entregas reducidas desde Rusia de gas natural por gasoducto.