Eulalio Díaz asegura que la escena lo perseguirá por el resto de su vida y que, cuando pueda, buscará ayuda para hacer frente a lo sucedido.
Eulalio Díaz fue el encargado de identificar los cadáveres de los 19 niños y dos maestras muertos en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, en uno de los tiroteos escolares más mortíferos en la historia de Estados Unidos.
Díaz, que se desempeña como juez de paz del pequeño condado, es amigo o conoce a la mayoría de los padres de los niños asesinados y a las dos maestras.
Como Uvalde no tiene un médico forense, Díaz tiene que identificar a los muertos.
Antes de ingresar a la escuela para comenzar el proceso de identificación, Díaz, de 49 años, dijo que trató de prepararse para la peor escena que pudo imaginar. Pero lo que presenció fue mucho más allá de eso.
Díaz le dijo a la emisora NPR que no cree que pueda llegar a describir jamás exactamente lo que vio. «Es algo que nunca quieres ver y es algo para lo que no puedes prepararte. Es una imagen que se quedará en mi cabeza para siempre».
Una de las maestras asesinadas, Irma García, había sido compañera suya de secundaria.
«Ella estaba un año por detrás de mí en la escuela, en la preparatoria Uvalde. Estuvimos juntos durante la secundaria y la preparatoria», comentó Díaz a Reuters.
“Cuando llegué a casa anoche, después de identificar a todas las víctimas, comencé a recibir mensajes de Facebook y me di cuenta de que conocía a los padres e incluso a los abuelos de muchos de los niños”, reconoció Díaz.
El proceso de identificación de los niños fue insoportable, aseguró el funcionario. Muchos de los cuerpos estaban en mal estado por el daño que hace la munición del calibre de la AR-15, el arma de asalto que utilizó el atacante.
Díaz trató de ahorrarles a los padres el mayor dolor posible, con la esperanza de identificar a los niños asesinados a través de las descripciones que dieron sus progenitores de la ropa que usaron para ir a la escuela ese día, de las fotos que los padres le mostraron.
Pero no fue suficiente. Los Texas Rangers tuvieron que obtener muestras de ADN de miembros de las familias.
“Mi trabajo es asegurarme de entregar el cuerpo de la persona correcta a su familia”, dijo Díaz, mientras su voz se quebraba. «Mi trabajo es devolver los cuerpos de estos niños a sus familias».
Díaz dijo a NPR que la escena lo perseguirá por el resto de su vida, y que probablemente todavía la adrenalina del suceso y lo ocupado que está no le han dejado tiempo para pensar, pero que cuando pueda buscará ayuda.
El hecho de que en Uvalde «todos conocen a todos» también les ayudará a sanar más rápido, consideró Díaz en palabras a Reuters.
«Todos sentimos tanta angustia. Pero estamos aquí para apoyarnos unos a otros», dijo.