Washington. – La magistrada Amy Coney Barrett juró este martes como la jueza asociada número 103 de la Corte Suprema de Justicia, que con su incorporación consolidó una mayoría conservadora tras ser confirmada el lunes por el Senado.
Con 48 años, Barret hizo su juramento ante el presidente del Supremo, el juez John Roberts, en una ceremonia privada a la que también asistió su esposo, Jesse Barrett, quien sostuvo la biblia en la que ella posó su mano izquierda.
Barrett, cuya ceremonia formal de investidura para ese cargo vitalicio tendrá lugar en una fecha posterior, podrá comenzar a participar en los trabajos del Tribunal, según un breve comunicado del Supremo.
Un día antes, este lunes, el Senado confirmó a Barrett como nueva jueza del Supremo, en una sesión celebrada ocho días antes de las elecciones presidenciales.
La nominación de Barrett sumó 52 votos a favor -todos de senadores republicanos- y 48 en contra -todos los demócratas y la conservadora Susan Collins.
Una hora después, la recién confirmada magistrada juró el cargo en la Casa Blanca de la mano de su nuevo colega, Clarence Thomas, considerado el juez más conservador -al menos hasta ahora- en el Alto Tribunal.
«Trabajaré sin ningún temor ni favor. Lo haré con independencia tanto de los poderes políticos como de mis propias preferencias», aseguró Barrett tras jurar el cargo en un breve discurso en el que tuvo palabras de agradecimiento tanto para Trump como para los senadores republicanos.
La confirmación de Barrett en el Senado llegó tras un apresurado y polémico proceso que se inició el 18 de septiembre pasado con la muerte de la magistrada progresista del Supremo Ruth Bader Ginsburg a los 87 años.
Barrett fue nominada por el presidente estadounidense, Donald Trump, el 26 de septiembre, antes de que Ginsburg fuese incluso sepultada.
Con la llegada de Barrett, el Supremo queda con seis magistrados conservadores y tres progresistas.
El diario The Washington Post indicó este martes que el Supremo reanudará los argumentos orales el próximo lunes.
Para ese día están programados dos casos cruciales, uno de ellos una objeción a la popular reforma sanitaria del expresidente Barack Obama (2009-2017), conocida como «Obamacare», cuya continuidad fue vigorosamente defendida por los demócratas durante las audiencias de confirmación de Barrett en el Senado.
Además, se anticipa que el Supremo analice el 4 de noviembre un caso relacionado con la decisión de las autoridades de Filadelfia de terminar un contrato con los Servicios Sociales Católicos relacionado con el programa de acogida temporal, después de que la agencia señalara que no recibiría solicitudes de parejas casadas del mismo sexo para servir como padres adoptivos.
De igual forma, está previsto para el viernes una conferencia privada de los jueces del Supremo, a la que podría sumarse Barrett, agregó la información.