Mientras el presidente saliente de los EE. UU. se va como un borracho que no quiere irse de la cantina, y empieza a dar de sillazos y portazos, Trump va más allá de los destrozos materiales, está tratando de desahogar su ira con una especie de “vendetta”, atacando a los migrantes y refugiados, pasando un gran número de políticas que hacen más difícil venir o permanecer en este país. Esto confirma que, para muchos en su administración, atrás del “Make great America again” está el “Make White America again”.
La Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) lanzó el 15 de diciembre la campaña «#DoyLaCaraPorEllos» con la que busca, a través de un filtro disponible Instagram, exponer y visibilizar las historias de migrantes desplazados de quienes sus identidades deben mantenerse ocultas por seguridad, pero lo que han vivido no.
«Hemos movilizado a todas las personas vinculadas a la agencia en distintas partes del mundo, empresarios, deportistas y actores quienes se comprometieron a dar la cara contando historias a las que Acnur ha tenido la posibilidad de dar seguimiento, y así poder llegar a más gente», dijo en rueda de prensa virtual Sibylla Brodzinsky, oficial regional de comunicaciones del organismo.
Mientras tanto, el representante Regional para América Central de la Acnur, Giovanni Bassu, explicó que la pandemia ha recrudecido la situación de muchas personas que se encuentran en peligro en sus países. Para ejemplificar, mencionó que «hay cifras económicas que indican que hay familias que han pasado de poder comer tres veces al día a solo comer una vez».
La campaña tendrá una temporalidad de cinco meses.
El actor mexicano Alfonso Herrera, quien recientemente fue nombrado Embajador de Buena Voluntad de Acnur, expuso el caso de Leonor, una mujer refugiada, de 50 años, quien vivía en El Salvador en un barrio controlado por pandillas.
Un día encontró a su hijo muerto con heridas de bala. La violencia y los pocos recursos que tenía la obligaron a salir del país antes de que sus otros hijos fueran forzados por estos grupos.
La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) ha recibido solicitudes de 36.454 personas en los primeros once meses de 2020, según los datos más recientes.
Este es un incremento cercano al 38 % frente al mismo periodo de 2018, aunque es una disminución de alrededor del 60 % frente a 2019, cuando México recibió un récord de 67.253 solicitudes.
Al respecto, Bassu mencionó que ha habido una disminución en las peticiones de asilo que él justifica por las restricciones de movilidad y procesos de extranjería que se han visto entorpecidos por la pandemia.
Con información de EFE