Los Ángeles, EE.UU.- La expolicía Janine Bouey presentó una demanda judicial contra el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) al señalar que fue obligada a desnudarse y ponerse en cuclillas, entre otros abusos sexuales, cuando regresaba a Estados Unidos por la frontera con México, informaron este martes sus abogados.
Bouey, de 62 años y quien trabajó con el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD, en inglés), estuvo presente en una videoconferencia de prensa en la que anunciaron la demanda.
La afroamericana denunció que en 2020 fue separada de las demás personas que esperaban para ingresar a Estados Unidos por el Puerto de Entrada de Otay (California) cuando regresaba de una cita dental en la fronteriza ciudad mexicana de Tijuana.
“Todavía estoy aterrada por lo que me pasó, y el pensamiento de que esto le suceda a alguien más es la razón por la que tuve que dar la cara. Lo hicieron de una forma tan automática que supe que yo no podía ser la única persona a la que le habían hecho esto”, dijo Bouey en la conferencia de prensa.
“Si me pudieron hacer esto a mí, entonces nadie está a salvo. Quiero que este abuso pare y que nadie más sufra la experiencia degradante, humillante y atemorizante que yo viví, y es por eso que estoy demandando”, añadió.
Bouey presentó una denuncia administrativa en junio de 2021 y no recibió respuesta del Gobierno, por lo que el lunes presentó la demanda ante la Corte de Estados Unidos para el Distrito Sur de California.
Joe McMullen, miembro del equipo legal que representa a Bouey, que también es una veterana del Ejército estadounidense, refirió en la conferencia de prensa que cuando ella regresaba al país un agente de CBP le hizo comentarios insinuantes e inapropiados.
«Cuando ella rechazó de forma cortés esos comentarios fue llevada a un edificio del puerto de entrada», indicó. Agregó que inicialmente una oficial la forzó a abrir las piernas y usó sus dedos para tocarla en su zona genital sobre la ropa.
De acuerdo con la demanda, otro oficial colocó la cabeza de un perro auxiliar contra sus partes privadas y fue manoseada nuevamente sobre la ropa y esposada a una banca.
Durante toda la ordalía, dijo McMullen, «ella les dijo a los oficiales que era ciudadana estadounidense, que era una oficial retirada del LAPD, que tenía todos sus documentos consigo, que tenía documentos que demostraban que había estado en el consultorio de un dentista esa mañana, que no tenía contrabando de ninguna clase».
Posteriormente, dice la denuncia, fue llevada a otra habitación, donde los oficiales le ordenaron desnudarse y ponerse en cuclillas «mientras le examinaban desde atrás su área genital con una linterna».
«Fue humillada, degradada y sacada por la puerta trasera. No se le encontró nada, no había razones para detenerla. Al salir le preguntó a un oficial qué sentiría si su madre fuera tratada de esa forma y él respondió ‘Esas cosas pasan'», concluyó el abogado.
La demanda afirma que Bouey «sufre de ansiedad severa y trauma psicológico continuo» como resultado de las acciones de los oficiales fronterizos, por lo que se demanda del Gobierno que pague daños compensatorios y punitivos, además de sanciones a los involucrados.
Kendall Martin, de la organización Alliance San Diego, que apoya la demanda, dijo en la conferencia de prensa que «desafortunadamente el ataque a Janine no fue el primero ni el último».
«Desde la denuncia administrativa presentada por Janine en junio de 2021 han surgido más acusaciones de asalto sexual. Lo que le pasó a Janine continúa pasándoles a otras mujeres. Queremos que la comunidad sepa lo que está pasando en el DHS y que otras personas cuenten sus historias, y queremos que cesen el abuso y la impunidad», acotó.