Chicago, EE.UU.– Tras las muertes de dos hispanos en episodios que provocaron protestas contra el excesivo uso de la fuerza entre los policías de Chicago, líderes latinos exigieron este martes una moratoria inmediata que suspenda las persecuciones a pie de los efectivos, porque no hacen falta «traumas innecesarios», y que se determinen responsabilidades.
El grupo Agenda Latina de Illinois y el Pilsen Law Center señalaron que la publicación de videos recientes que muestran las persecuciones hechas por agentes policiales de esta ciudad de Anthony Álvarez y el adolescente Adam Toledo, de 13 años, y que en ambos casos acabaron en su muerte, no son más que el reflejo de «un departamento en crisis».
«La incapacidad del Departamento de Policía de Chicago para proteger vidas humanas durante las persecuciones a pie y el uso de fuerza letal es una prueba más de un departamento que necesita una reforma inmediata», agregaron.
En el caso de Toledo, un oficial de policía le disparó el 29 de marzo pasado en el barrio mexicano La Villita, a pesar de que levantaba las manos y estaba desarmado.
El video de esa persecución muestra que Adam respondió las órdenes del oficial de detenerse, soltar el arma y levantar las manos, y no representaba una amenaza aparente para el policía que le disparó.
Lo mismo ocurrió dos días después, «en otro homicidio injustificado», señalan las organizaciones, cuando Álvarez recibió varios disparos por la espalda durante una persecución.
En contra de lo que dicen los informes y declaraciones del Departamento de Policía de Chicago (CPD), no hubo «enfrentamiento armado», como declaró este martes el abogado Arturo Jáuregui, del Pilsen Law Center.
«Pero lo más inquietante», agregó, es que han pasado treinta días del tiroteo y se han informado sobre las razones por las que se intentó detener a Álvarez.
MORATORIA DE LAS PERSECUCIONES
Las organizaciones civiles reclaman que los policías involucrados en ambos tiroteos asuman las responsabilidades de sus acciones.
Al mismo tiempo piden a la alcaldesa de la ciudad, Lori Lightfoot, que instruya al superintendente de la policía local, David Brown, para que emita de inmediato una moratoria que suspenda todas las persecuciones a pie «donde no exista una amenaza seria inminente de daño para el oficial u otra persona».
«No se debe permitir que la Policía ponga en marcha una cadena de eventos como los que se cobraron las vidas de Adam y Anthony, y que valoran de forma barata las vidas de los miembros de nuestra comunidad con un recurso rápido y sin sentido al uso de la fuerza letal», afirman.
La moratoria debe permanecer en vigor hasta que se establezcan nuevos procedimientos y políticas destinadas a proteger la santidad de la vida humana durante todas las interacciones entre los agentes de policía y los residentes de la ciudad, y que todos los agentes de policía estén completamente capacitados.
La alcaldesa ha declarado que es partidaria de regular las persecuciones a pie, un tema que encargó a Brown que ya habría elaborado un proyecto, pero no divulgado todavía.
EL DECRETO DE CONSENTIMIENTO DE 2019
El uso excesivo de la fuerza letal en Chicago fue investigado por el Departamento de Justicia, y desde 2019 rige un Decreto de Consentimiento por el cual el Departamento de Policía se compromete a implantar una serie de reformas en sus procedimientos.
Según declaró Jáuregui a Efe, el decreto se ha cumplido solamente en un 50 % o 60 %, y es obligación de la Alcaldía acelerar su implementación.
El abogado opinó que las nuevas políticas y procedimientos para las persecuciones a pie deben especificar claramente las circunstancias en las que los agentes de policía pueden usar fuerza letal al interactuar con los residentes de la ciudad.
Dichos procedimientos deben incluir fuertes medidas disciplinarias contra cualquier oficial que viole los procedimientos. Bajo ninguna circunstancia se debe sancionar la fuerza letal contra un sospechoso que huye y obedece las órdenes de un oficial.
La Policía de Chicago también es cuestionada por el uso del sistema de detección de disparos «ShotSpotter», que fue el que envió las patrullas a La Villita la noche en que Toledo fue perseguido y abatido en un callejón.
Sus detractores sostienen que el sistema usado por más de 100 departamentos policiales en el país alerta sobre disparos donde no los hay y envía agentes a barrios predominantemente afroamericanos y latinos.
«Estos despliegues crean una situación extremadamente peligrosa para los residentes, provocando encuentros policiales hostiles e innecesarios y creando las condiciones para las tácticas policiales abusivas que han plagado a Chicago durante décadas», argumentó recientemente el Concejo Vecinal de Brighton Park, vecindario predominantemente latino de Chicago.
El Departamento de Policía ha elogiado el sistema y sostiene que coloca a sus agentes en la escena de los tiroteos mucho más rápido de que si esperaran a que alguien llamara al 911 para informar sobre los disparos.