Washington, EE.UU.- La exagente de policía de Mineápolis que en abril mató a un joven negro al confundir supuestamente su pistola con su arma de electrochoque o taser rompió a llorar este viernes en el juicio sobre este caso cuando vio el vídeo de lo sucedido.
El suceso se produjo el pasado 11 de abril en Brooklyn Center, un suburbio de la ciudad de Mineápolis, durante un control de tráfico cuando la acusada, Kimberly Potter, disparó al joven Daunte Wright con su arma de fuego en un forcejeo con la policía cuando la víctima trataba de irse en su coche.
El conocido vídeo, que se publicó poco después del suceso y que hoy ha reproducido la fiscal durante el juicio, muestra al joven entrando en su coche mientras varios agentes tratan de retenerlo y se escucha la voz de Potter gritando «taser, taser», como avisando de que iba a utilizar su arma de electrochoque.
Sin embargo, la agente disparó al joven con su arma de fuego provocándole la muerte.
Durante el juicio que se celebra en Mineápolis, la ya exagente, acusada de homicidio involuntario, tuvo que responder este viernes a las múltiples preguntas que la fiscal le hizo sobre el arma de electrochoque y las diferencias que tiene con respecto a la pistola reglamentaria tanto en su tamaño como en su forma y su peso.
Como mostraban las imágenes expuestas durante el juicio, el taser es más grande y aparatoso que la pistola.
La fiscal hizo también numerosas preguntas a la acusada sobre si fue entrenada tanto para utilizar las dos armas y ella reconoció que su adiestramiento en el uso de la pistola fue mucho mayor que en el del arma de electrochoque.
El largo interrogatorio tuvo también preguntas en el que la acusada tuvo que reconocer las diferencias que hay para activar la de electrochoque o disparar la pistola de fuego.
El momento de mayor tensión llegó cuando la fiscal pidió que se reprodujera el vídeo que muestra el instante del suceso, y que provocó que la acusada rompiera a llorar.
Tras un receso, el juicio se reanudó y continuó con el interrogatorio de la fiscal, que llevó a la agente a romper de nuevo a llorar. «Lo siento, lo siento», no quería hacer daño a nadie», dijo la acusada.
Y en el final del interrogatorio de la fiscal también reconoció que ni comunicó inmediatamente lo sucedido por radio ni trató de salvar la vida de Wright al momento de producirse el suceso.
Durante el turno de la defensa, la exagente reconoció a su abogado que nunca hasta el momento del suceso había utilizado ninguna de sus armas, ni la de electrochoque ni la de fuego.
La muerte de Daunte Wright se produjo en un momento de elevada tensión en la zona de Mineápolis porque coincidió con la celebración del juicio por el asesinato del afroamericano George Floyd a manos del entonces policía Derek Chauvin.
Chauvin mató a Floyd por asfixia tras presionar su rodilla contra el cuello de la víctima durante más de nueve minutos. El expolicía fue condenado por este crimen a 22 años y medio de cárcel.