La senadora demócrata de California Kamala Harris participa en una conferencia de prensa con los demócratas del Senado para expresar su oposición a un proyecto de ley de reforma policial elaborado por los republicanos en el Capitolio en Washington DC, EE. UU., 23 de junio de 2020. EFE / EPA / MICHAEL REYNOLDS

La senadora y exfiscal general de California fue anunciada el pasado martes, como la elegida a ser la compañera de fórmula, del virtual candidato demócrata a la Presidencia de EE. UU., Joseph Biden, para que lo acompañe como su aspirante a la Vicepresidencia en las elecciones del próximo 3 de noviembre.

La senadora hija de inmigrantes, se convierte así en la primera mujer de color nominada para ser la vicepresidenta en uno de los dos grandes partidos.

Kamala tendrá que lidiar con críticas sobre su polémico historial de mano dura como fiscal en la era de las protestas contra la brutalidad policial y el movimiento «Black Lives Matter».

«Tengo el gran honor de anunciar que he seleccionado a Kamala Harris -una intrépida luchadora por el ciudadano de a pie, y una de las mejoras funcionarias públicas- como mi compañera de candidatura», dijo Biden en el mensaje en el que anunció a su compañera electoral.

La senadora, de 55 años, hija de padre jamaicano y madre india, fue fiscal general de California antes de ganar su escaño en la Cámara Alta del Congreso estadounidense en 2016, y se ha granjeado una fama de ser especialmente dura tanto desde la Fiscalía como en sus intervenciones inquisitivas en las audiencias del Senado.

Harris hace historia al ser elegida por Biden como la primera mujer de una minoría que aspira a la Vicepresidencia de EE. UU., una candidatura que quedará finalmente rubricada en la Convención Nacional Demócrata de mediados de este mes y para la que competía con mujeres de muy alto perfil, como la exembajadora ante las Naciones Unidas Susan Rice y las congresistas Val Demings y Karen Bass.

«Joe Biden puede unir al pueblo estadounidense porque se ha pasado su vida luchando por nosotros. Como presidente, va a contribuir a un Estados Unidos que esté a la altura de nuestros ideales. Es un honor unirme a él como nominada del partido a vicepresidenta y haré lo que sea necesario para que sea nuestro Comandante en Jefe«, señaló Harris el mismo martes en Twitter tras conocerse la decisión de su nominación.

Biden ya había anunciado cuando afianzó sus aspiraciones como candidato demócrata a presidente, que su elección para vicepresidente sería una mujer.

Harris ha tenido una trayectoria fulgurante hacia lo más alto del poder en Washington: graduada en Ciencias Políticas y Economía en Howard University, una de las universidades con prevalencia de una comunidad estudiantil y académica negra por excelencia, se especializó en la lucha contra el crimen y fue elegida en 2003 como fiscal general de California en segunda vuelta, cargo para el que fue reelegida en 2007 con el 98 % de los votos.

En diciembre pasado anunció que se retiraba de la contienda por la candidatura presidencial en la que competía contra Biden, quien no dio una gran sorpresa, pues Harris se perfilaba como una de las favoritas y la elección menos arriesgada.

El ala más progresista del partido no ha cesado sus ataques contra Harris desde que dejó claras sus ambiciones, especialmente con el aumento del debate y las protestas contra la brutalidad policial, al considerar que en su tiempo de fiscal fue especialmente dura en su persecución de crímenes menores, que afectan especialmente a las comunidades de color.

«Kamala es un poli« es uno de los ataques más repetidos contra ella tanto por activistas de izquierdas como por aquellos de extrema derecha que quieren incendiar el debate político en las redes sociales.

Harris no ha renegado de su pasado y ha hecho gala durante su campaña de su perfil de mano dura con el crimen, con el que llevó las condenas de culpabilidad a máximos durante su época como fiscal, que llevó a muchos negros a que pasaran largos años en prisión por crímenes que hoy no son ni consideradas faltas.

Tras la muerte a manos de la Policía de Minneapolis de George Floyd, que desencadenó protestas en todo el país, Harris aseguró que existe un «racismo sistémico» en Estados Unidos y que «la brutalidad policial es un asunto de vida o muerte para las personas negras en este país».

Harris cuenta con el apoyo del expresidente Barack Obama y su designación podría verse como un bastonazo para el ala más cercana a la socialdemocracia del Partido Demócrata, que pese a haber estado ganando influencia y escaños en los últimos años, ve cómo el «grupo de poder» vuelve a imponer su voluntad.

«Joe Biden lo ha clavado con su decisión. Al elegir a la senadora Kamala Harris como la próxima vicepresidenta, ha puesto en evidencia su juicio y carácter», aseguró Obama.

Con información de EFE

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