La cultura latina en Nueva York está cansada de su etiqueta de «minoría» y ha creado una plataforma común, «LxNY: Latinx Arts Consortium» para concienciar sobre el trabajo que por años han realizado y reclamar una financiación más equitativa por parte del sector público.
Son grupos de teatro, danza, música, centros culturales y museos -hasta un total de 40-, que tomaron conciencia de su precariedad durante el parón de la pandemia, una crisis que les permitió entrar en contacto para crear conciencia y luchar contra la insuficiencia histórica de fondos.
Muchos de estos grupos, como el icónico Teatro Rodante Puertorriqueño (PRTT) o Repertorio Español están en el quehacer cultural desde la década de 1960, y aunque dicen se han mantenido a flote gracias a los fondos públicos, aseguran que no se han beneficiado del reparto de fondos de la misma forma que compañías de cultura «blanca».
«Nos unimos cansados de la bifurcación y la falta de visibilidad, para ser más efectivos y tener más poder político» en la lucha por equidad, dijo a EFE la directora ejecutiva del Centro Cultural Clemente Soto Vélez, la antropóloga Libertad Guerra, que propuso la idea.
Además los principales teatros latinos como Repertorio Español y Pregones/PRTT, en la plataforma figuran grupos como BAAD! Bronx Academy of Arts and Dance, Caribbean Cultural Center and African Diaspora Institute, el Flushing Town Hall, el Bronx Documentary Center o el Museo del Barrio.
«Siempre ha habido un problema en la manera en que se distribuyen fondos (públicos) a organizaciones más pequeñas y de color, pero más allá de eso, también tiene que ver con que la ciudad le dé más importancia al sector cultural», afirmó la antropóloga.
Destaca que desde hace diez años la ciudad no aumenta el presupuesto para cultura, «pese a que es uno de los que más gente emplea y un canal a muchas otras industrias».
MÁS ALLÁ DE BROADWAY Y LOS GRANDES MUSEOS
El presupuesto es propuesto por el alcalde, quien «tiene que empezar a entender cómo la cultura es un pilar en sí mismo», un fenómeno que no se limita a Broadway o los grandes museos, indica.
LxNY ya ha sostenido conversaciones con la comisionada de Cultura, Laurie Cumbo.
Afirma que estas organizaciones latinas son parte del tejido de sus comunidades, a las que brindan servicios, «es algo más holístico y complejo de la manera en que abordamos las artes, es un eslabón básico dentro de su bienestar y hay estudios que lo demuestran».
Estos grupos, que operan sin ánimo de lucro, reciben fondos de la ciudad, el estado y el sector filantrópico ya que «es imposible» sobrevivir sólo con lo que genera la venta de boletos.
Señalan que el sector filantrópico ha comenzado a tener un mejor entendimiento desde la pandemia aunque «hay aún mucho por hacer».
Para los teatros, esos fondos públicos pueden llegar a ser el 50 y hasta 60 % -a veces incluso más- del presupuesto con el que funcionan, de acuerdo con Rosalba Rolón, directora artística de Pregones, en El Bronx, fundada en 1979, y del legendario Teatro Rodante Puertorriqueño.
«Las compañías minoritarias estamos en la misma situación, de cómo romper ese techo de vidrio. Es una lucha que lleva años y, aunque se han dado pasitos, no disfrutamos de la misma paridad que merecemos», comenta Rolón.
AÑOS DE IGNORAR LA CULTURA LATINA
«Ha habido un nivel de ignorar la importancia que tenemos», afirma, con lo que coincide Charles Rice González, director de BAAD, un centro en El Bronx para el teatro y la danza, quien destaca de que «hay que trabajar para educar en la forma en cómo nos ven, de que tenemos valor».
El escritor afirma que «lo importante es que estamos creando espacio y situaciones para artistas latinos creen su trabajo» y sirvan a la comunidad.
Rafael Sánchez, director de Repertorio Español, señala que la lucha es «en todos los sectores» de donde provienen los fondos y que hay un movimiento fuerte «porque juntos tenemos más peso que llevando batallas individuales».
«Creo que se está avanzando en concienciación, en mostrar que llevamos años impactando a la comunidad en forma directa y es hora que los fondos se repartan de forma correspondiente a ese impacto. Repertorio es privilegiado con los fondos que recibe pero es importante educar» sobre el trabajo de los grupos, que se extiende a escuelas, centros de ancianos o espacios públicos, afirmó.
LxNY indica en su declaración de propósitos que el resultado final de este movimiento «debe ser que en Nueva York las comunidades negras y las organizaciones que las atienden dispongan también del mismo nivel de recursos que las comunidades blancas más ricas.