En su tiempo libre, la soñadora panameña Eika Earlington va de puerta en puerta educando sobre la importancia de votar. Sin poder ejercer este derecho en Estados Unidos, donde reside, la joven educadora asegura que ayudar a otros migrantes es crucial para lograr que todas las voces «se escuchen».
Quedarse cruzada de manos no es una opción para la dreamer Eika Earlington. «Cuando uno quiere ver un cambio, es mejor ser parte de él», asegura esta joven panameña, que va de puerta en puerta, educando a la comunidad migrante en la capital de Tennessee sobre la importancia de votar, a pesar de que ella misma no puede ejercer este derecho en Estados Unidos.
«Yo aún no puedo votar, no tengo ese derecho, pero conozco muchas personas que sí tienen la capacidad de hacerlo. Y como educadora siento que es mi deber educar a las personas en la importancia de tener ese derecho y ver cómo ellos pueden hacer también una diferencia o un cambio», aseguró a la Voz de América Earlington, quien vive en EE. UU. gracias al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que sirve para regularizar la situación de aquellos que llegaron al país siendo niños.
A tan solo unos meses de las elecciones generales en Estados Unidos, esta maestra de 28 años asegura que la apatía hacia estos procesos tiene sus raíces en la desinformación. «Hay muchas personas que quizás no le ven la importancia (a votar) porque simplemente nunca se les educó», advierte. En otros, sostiene, también influyen las experiencias vividas en sus países de origen.
«Algunos dicen que no vale la pena (…) Creo que es lo que sucede en muchas partes en Latinoamérica y cuando muchos vienen acá, quizás en sus países no toman eso en serio», indicó la dreamer o «soñadora». «Mientras más un cambio ellos quieren, siempre se les ha cerrado la puerta. Y cuando vienen aquí, quizás piensan que va a ser igual»
Estas precisamente son las personas con las que más tiempo pasa Eika durante su labor como voluntaria en la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes y Refugiados de Tennessee (TIRRC, en inglés), a donde la panameña llegó por una afortunada casualidad.
El «noble» acto de tocar puertas
La vocación de servicio es algo que Eika aprendió en casa. Nacida en Colón, Panamá, en una familia de misioneros cristianos, llegó con sus padres a EEUU hace más de 20 años, siendo una niña. La transición «fue difícil» al principio, cuenta la joven, que escogió el magisterio como reflejo de sus valores familiares.
Su «segunda jornada» como educadora, no obstante, comenzó de manera fortuita. Un intercambio con voluntarios de la Coalición en un festival de culturas en Nashville – en cuyos alrededores vive una variada comunidad inmigrante- bastó para que se interesara por ayudar «a que la gente levante su voz».
«Comenté que eso (educar sobre el poder del voto) era algo muy, muy honorable, algo muy lindo y que me gustaría ser parte», recordó Eika, quien ya lleva casi un año recorriendo horas en su auto tocando puertas.
Al preguntarle por qué tomó esa decisión, a pesar de lo demandante de su trabajo como maestra de segundo y tercer grado, respondió que es su deber.
«Para mí era importante porque siento que cuando uno quiere ver un cambio, es mejor ser parte del cambio, ¿verdad?… de la solución. Y pues esa es una forma en que puedo ayudar a mi comunidad, a mi estado, a hacer buenos cambios», insistió en conversación con la VOA en la sede de la Coalición, en Nashville.
«No sabemos lo que va a pasar, pero sí lo que podemos hacer»
En sus conversaciones con otros inmigrantes, Eika descubrió que entre las prioridades de la comunidad están «el derecho a que se les tome en cuenta en sus trabajos» y la educación que reciben sus hijos.
Por eso, a la joven se le «rompe el corazón» cada vez que conoce a alguien que tiene el derecho de votar y no lo ejerce. «Siento que tienen una oportunidad muy, muy, muy inmensa… Aunque sea tan solo una persona, sí puede hacer un cambio grande».
El peso de los votantes en los resultados, no solo se evidencia en los comicios presidenciales, sino que se aprecia aún más en los locales. Estos son los que más preocupan a organizaciones como la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes y Refugiados de Tennessee. En EEUU, cada estado se rige por leyes diferentes, de ahí la importancia de los funcionarios locales.
«Algo que noté cuando tocábamos puertas, había muchas personas que no sabían exactamente lo que estaba sucediendo en cuanto a elecciones, o quienes era su alcalde o sus legisladores. Y eso es algo que muchas personas pues no tenían en mente y tampoco sabían que era algo que podía hacer un impacto grande», subrayó Eika.
La actual conversación acerca del tema de la inmigración como una de las principales preocupaciones de los estadounidenses de cara a las elecciones de noviembre próximo, y las duras declaraciones de candidatos a la Casa Blanca como las del expresidente Donald Trump, también están en la mente de la Coalición y de Eika, quien espera la resolución de su estatus como «soñadora».
«Siento que esa narrativa es bastante agresiva. (…) Si somos honestos, podemos decir que esto es algo que viene sucediendo desde hace mucho tiempo. No es algo nuevo, pero siento que ahora es mucho más agresivo porque. (…) Hace 20 años no era así. Creo que ha empeorado bastante», agregó.
De ahí que el trabajo que realiza sea más relevante. «Pienso que hemos podido lograr que esas personas lo vean importante (al voto), que como comunidad nos podamos unir para que nuestras voces sí se escuchen».
Ante tanta incertidumbre sobre qué va a pasar después de noviembre, Eika tiene un mensaje para quienes tienen la oportunidad de votar.
«Si tienen la oportunidad de hacerlo, que lo hagan, que si conocen a personas que lo pueden hacer, que les anime también a que lo hagan. No sabemos lo que va a pasar, pero sí sabemos lo que podemos hacer. Y si hacemos nuestra parte, podemos decir que estamos tratando de movernos hacia un cambio», insistió.