El pasado 17 de julio, se apagó la vida de John Lewis, pero se prendió la luz de un icono de los derechos civiles que trasciende a la historia.
Lewis, murió a los 80 años, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, confirmó su deceso. Poco antes de año nuevo, Lewis anunció haber sido diagnosticado de cáncer de páncreas en estado avanzado (fase IV) y a sus entonces 79 años dijo tener intención de combatirlo.
«Estados Unidos llora la pérdida de uno de los más grandes héroes de la historia de los Estados Unidos: el congresista John Lewis, la conciencia del Congreso», dijo su jefa de filas en un comunicado.
«John Lewis fue un titán del movimiento de derechos civiles cuya bondad, fe y valentía transformaron nuestra nación», añadió.
Nacido en Alabama en 1940, Lewis fue el tercero de diez hermanos en una familia de aparceros afroamericanos, y se vio obligado a asistir a las escuelas públicas segregadas de la época.
Lewis destacó como líder de los derechos civiles en la década de 1960 y fue uno de los dirigentes de las llamadas marchas de Selma a Montgomery de 1965, que reclamaban el ejercicio del derecho a voto de los afroamericanos.
Durante el conocido como Domingo Sangriento en Selma, la Policía Estatal de Alabama apaleó a Lewis y le partió el cráneo, una paliza que fue televisada y que provocó en el país un impulso contra la segregación racial.
También fue uno de los impulsores de la Marcha en Washington por el trabajo y la libertad de 1963, donde fue telonero de Martin Luther King Jr. y su histórico discurso «I have a dream».
El primogénito de Luther King, Martin Luther King III, se refirió en Twitter a Lewis como «un auténtico tesoro de Estados Unidos».
«Dio voz a los sin voz, y nos recordó a cada uno de nosotros que la herramienta no violenta más poderosa es el voto. Nuestros corazones se sienten vacíos sin nuestro amigo, pero encontramos consuelo al saber que finalmente es libre», añadió.
Último superviviente del grupo de líderes afroamericanos conocido como Big Six. Lewis llegó al Congreso en 1987 en representación de Georgia, un puesto que ocupó hasta su muerte convirtiéndose en un influyente legislador.
«Aliado de los latinoamericanos»
La Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos (NALEO) lamentó el fallecimiento del histórico dirigente afroamericano y congresista demócrata John Lewis, a quién calificó como un «aliado de los latinoamericanos».
“El pueblo estadounidense ha perdido un gigante con la muerte del congresista John Lewis», dijo en un comunicado el presidente de NALEO, Ricardo Lara. “Siguió siendo un aliado de los latinoamericanos durante toda su carrera (…) sirviendo como una brújula moral incondicional a través de la cual ver la justicia y la equidad», agregó.
“La oposición implacable y feroz del congresista Lewis a la separación familiar en la frontera fue un testimonio de su apoyo inequívoco a los inmigrantes y a aquellos que ven a Estados Unidos como un refugio y un faro de nuevos comienzos», subrayó Lara.
Le quedó tiempo para vivir las recientes protestas raciales que provocaron el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de policías en Mineápolis.
«Su voluntad inquebrantable de meterse en lo que llamó «buenos problemas» nos recordará para siempre las verdades evidentes y los fundamentos innegables de la justicia que él ayudó a facilitar», subrayó Lara.
Durante los años sesenta del siglo pasado, Lewis fue detenido por la Policía unas 40 veces, aunque ya como congresista también fue arrestado al menos en cinco ocasiones.
«Fue muy conmovedor, muy conmovedor ver a cientos de miles de personas de todo Estados Unidos y de todo el mundo salir a las calles para decir lo que piensan y meterse en lo que yo llamo «buenos problemas», dijo en una entrevista con CBS, en la que consideró que «ya no habrá marcha atrás».
Lewis rehusó asistir a la toma de posesión como presidente de Donald Trump, en enero de 2017, y expresó sus dudas sobre la legitimidad de su victoria electoral debido a la supuesta injerencia rusa en los comicios. Trump arremetió entonces contra él, lo que provocó que más de medio centenar de legisladores demócratas no acudieran a la investidura en señal de protesta.
El aluvión de homenajes a John Lewis
El vicepresidente Mike Pence, definió a Lewis como un «gigante del movimiento de los derechos civiles» cuya «valentía y décadas de servicio público cambiaron a EE. UU. para siempre».
En 2011 el presidente Barak Obama le otorgó la Medalla de la Libertad.
«Cuando me eligieron senador, le dije que él me había aupado. Cuando me eligieron presidente de Estados Unidos, le abracé antes de ser investido y le dije que solo estaba ahí gracias a los sacrificios que él hizo», recordó Obama.
«Luchó más y más que nadie en la continua batalla de nuestra nación por los derechos civiles y la igualdad de justicia», dijo la NAACP (Asociación Nacional para las Personas de Color) en una declaración escrita.
En una orden, el gobernador de Georgia, Brian Kemp, dijo que las banderas en los edificios estatales se bajarían hasta la puesta del sol el día del entierro de Lewis.
La ley estatal dice que Kemp debe programar una elección especial para completar el período actual de Lewis. Una votación tendría que celebrarse dentro de los próximos 30 días.
Con información de EFE