Washington, EE. UU.- Apenas había amanecido en Washington y Julie ya iba por su segundo cóctel de ginebra. Ataviada con un tocado morado en la cabeza, quiso despedir desde primera hora de la mañana a la reina Isabel II de la forma más británica posible: en un pub.
Ubicado en el noreste de la capital estadounidense, The Queen Vic abrió este lunes sus puertas a las inusuales 5.00 de la mañana (9.00 GMT) para emitir en vivo a través de sus varias pantallas el funeral de Estado de la monarca más longeva del Reino Unido.
Unas sesenta personas, varias de ellas vestidas de riguroso luto, acudieron a la cita, donde desayunaron «fish and chips», salchichas y algo de alcohol para estrechar al máximo los 6.000 kilómetros que separan la capital de Estados Unidos de la Abadía de Westminster, en Londres.
«Creo que estar aquí era lo correcto. Vine con un par de amigas para honrar a mi monarca, que ha estado en el trono durante 70 años. Esto no ocurre todos los días», dijo a Efe Julie Muir, una británica-estadounidense que estaba apoyada en una pared decorada como las famosas cabinas telefónicas de la capital británica.
Con su segunda Pimm’s Cup en la mano, un cóctel británico de frutas y ginebra, Julie aseguró estar todavía «impactada» por la muerte el 8 de septiembre a los 96 años de Isabel II, a quien definió como «una de esas insólitas líderes amadas universalmente».
Lo que no es insólito es un evento de estas características en una ciudad como Washington, donde se respira política hasta en las esquinas, se proyectan debates electorales en los bares y se decoran las fachadas de algunos edificios con grafitis de las juezas del Tribunal Supremo.
REINO UNIDO EN EL CORAZÓN DE EEUU
El dueño del local, Ryan Gordon, abrió este pub en 2011 porque su esposa, nacida en Liverpool y crecida en Gales, quería un lugar en Washington donde sentirse como en casa. Y este lunes quiso «celebrar la vida de la reina».
Isabel II «ha sido reina desde que antes que naciera la mayoría de la gente. Queríamos dar una oportunidad para los europeos, los británicos, los expatriados anglófonos y cualquier persona curiosa de lo que está ocurriendo», detalló a Efe.
En este pub, que lleva el nombre de la reina Victoria, tatarabuela de Isabel II, lo que reinaba era un silencio sepulcral, solo interrumpido por los cánticos, las trompetas y el «God save the King» que sonaba en los televisores.
Las bufandas del Liverpool F.C. que cuelgan de las paredes dan a entender que este es un lugar de euforia los fines de semana, pero este lunes era escenario de recogimiento.
Otro de los comensales, algo emocionado, quiso honrar a Isabel II porque «su familia no abandonó el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial», algo que considera «admirable y que demuestra el carácter de esa familia».
Este hombre de Maryland y ascendencia inglesa no olvida el día en que murió la reina en el castillo de Balmoral (Escocia). «Estaba afuera bebiendo y me salió la noticia en Facebook», recordó.
Ahora dedica sus pensamientos al nuevo rey, Carlos III, quien considera que «ha sido entrenado toda su vida»: «Le deseo lo mejor a él y al Reino Unido».
LA HUELLA DE ISABEL II
Eventos similares tuvieron lugar en otras ciudades de Estados Unidos, como Los Ángeles. Durante su vida, Isabel II conoció a 13 de los 14 presidentes estadounidenses. Desde Harry Truman hasta Joe Biden, a excepción de Lyndon Johnson.
Estuvo al menos seis veces en Washington, donde llegó por primera vez como princesa en 1951.
En 1957, volvió a la capital estadounidense, ya como reina, donde fue recibida por Dwight Eisenhower en la Casa Blanca.
Su última visita fue en 2007, cuando el entonces presidente, George W. Bush, honró a la monarca y a su esposo, el ya difunto príncipe Felipe, con una cena de Estado en la residencia de los mandatarios de EE.UU.
Pese a la distancia en el tiempo, su huella en el corazón político de Estados Unidos pervive y hoy Yossi, un joven de 21 años de Washington, no quiso perderse el funeral en el pub.
«Vine porque este es un momento histórico y quise experimentar la Historia. No me sentía bien quedándome en casa, así que vine aquí solo», explicó.
Hace diez días que recibió el mensaje de un amigo que decía «ha muerto». «¿Quién?», respondió Yossi. «La Reina», le contestó el amigo. No era necesario especificar de qué monarca se trataba.
Yossi perdió recientemente a su abuela y empatiza con el dolor «por el que está pasando» la familia real británica. Este joven solo pidió agua este lunes, pero no faltó un «cheers» por ella. Por la reina.