El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, llamó el miércoles a los países del hemisferio a trabajar en conjunto para fortalecer a las comunidades que reciben a grupos de migrantes y refugiados mientras Washington seguía suscribiendo acuerdos con socios clave en la región para gestionar los masivos flujos migratorios irregulares. Sus comentarios se dieron al término de una reunión con representantes de 20 países del hemisferio sobre migración y luego de acordar con Panamá -punto de tránsito de buena parte del flujo migratorio hacia Norteamérica- la puesta en vigor de medidas para ayudar a las comunidades receptoras e incrementar la protección al migrante y su acceso a alternativas legales, un tipo de pacto que ya firmó antes con otras naciones en América Central, incluida Costa Rica, y que también persigue fortalecer a las policías fronterizas y combatir a las redes criminales dedicadas al tráfico humano.
“La única respuesta duradera y sostenible a la migración irregular es abordar sus causas profundas, pero eso lleva tiempo y, mientras tanto, muchas ciudades y pueblos simplemente no tienen los recursos que necesitan para atender a sus propios ciudadanos y mucho menos para satisfacer las necesidades de los migrantes”, planteó Blinken.
Blinken mencionó como ejemplo a Colombia que, según dijo, busca otorgarle un estatus de protección temporal a más de 1,9 millones de venezolanos que han llegado en los últimos años tras abandonar su país debido a la profunda crisis socioeconómica. Refirió que más de 600.000 de ellos ya han recibido esa condición, lo cual destacó es fundamental para que se integren a las comunidades.
La canciller panameña Erika Mouynes, por su lado, insistió en la necesidad de que la región en su conjunto asuma un compromiso mayor para enfrentar el fenómeno migratorio. El año pasado Panamá atendió a más de 130.000 migrantes, en su mayoría haitianos procedentes de países sudamericanos con rumbo a Norteamérica, que cruzaron la inhóspita selva del Darién, en la frontera con Colombia, donde murieron al menos 51 personas, según cifras oficiales.
En lo que va del año más de 13.000 migrantes, entre ellos más de 4.000 venezolanos y el resto procedentes de Haití, Cuba y países más lejanos de África y Asia, realizaron ese cruce selvático en su tránsito hacia Norteamérica, según las autoridades panameñas.
La embajada estadounidense en Panamá informó en su página de Internet que a través de la suscripción de una carta de entendimiento ambos países buscan gestionar el flujo migratorio fronterizo “con carácter humano, la estabilidad de poblaciones desplazadas y comunidades receptoras de migrantes, así como un mayor acceso a la protección personal y vías legales de migración”.
Panamá sirve tradicionalmente de país de tránsito, aunque un porcentaje no precisado de migrantes venezolanos y desplazados colombianos son los que generalmente gestionan algún tipo de estatus, incluido el de refugiados.
El acuerdo es parte de los esfuerzos a nivel bilateral y multilateral que persigue Washington para encarar un fenómeno migratorio que se ha profundizado en lo que va del gobierno del presidente Joe Biden. La reunión en Panamá tiene lugar precisamente cuando se espera un aumento en la llegada de migrantes que buscan ingresar y solicitar asilo en Estados Unidos ante el inminente vencimiento de una orden de salud pública que permitió a las autoridades estadounidenses devolver a la mayoría de los migrantes, incluidas las personas que solicitaban asilo por persecución.
Las autoridades migratorias de ese EE. UU. detuvieron a migrantes en 221.303 ocasiones en la frontera con México durante marzo, un alza del 33% respecto del mes anterior y el mayor incremento en las últimas dos décadas, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus iniciales en inglés) dados a conocer el lunes.
El encuentro ministerial también busca sentar las bases para un acuerdo regional que se debatirá durante la Cumbre de las Américas que se celebrará en Los Ángeles en junio.
El periodista de The Associated Press en Panamá, Juan Zamorano, contribuyó con este reporte.