Indianápolis, Indiana, EE.UU. — La ciudad de Indianápolis suele llenar 17 piscinas cada año, pero con la escasez nacional de salvavidas, agravada por la pandemia del COVID-19, únicamente cinco están abiertas este verano.
La American Lifeguard Association (Asociación Estadounidense de Salvavidas) calcula que un tercio de las piscinas de Estados Unidos se han visto afectadas por la escasez. Esto ocurre mientras gran parte del país se ve afectado por una segunda ola de calor en otras tantas semanas.
La escasez de verano no es algo inusual, pero las piscinas estadounidenses también están lidiando con las secuelas de la pandemia, cuando se cerraron y se dejó de certificar a los salvavidas. Los sueldos iniciales también son inferiores a los de muchos otros trabajos.
En Chicago, la superintendente del distrito de parques, Rosa Escareño, atribuye la escasez en parte a la escasez de personal tras la pandemia, ya que los trabajadores presionan para conseguir mejores horarios, salarios y oportunidades.
En una de las cinco piscinas que sí han podido abrir en Indianápolis, la gerente Ashley Ford recorre el perímetro, monitoreando a los niños mientras saltan de un trampolín o se lanzan al agua desde un tobogán. Cuatro salvavidas, con los silbatos listos, observaban desde sus sillas altas colocadas alrededor del sitio.
La otra docena de piscinas de la ciudad están cerradas y las familias a veces hacen fila más de una hora antes de que abra la del parque Frederick Douglass, afirmó Ford. Muchos días, alcanza el 100% de su capacidad.
Bernard J. Fisher II, director de salud y seguridad de la asociación de salvavidas, teme que la escasez aumente para agosto, cuando muchos adolescentes, que trabajan como salvavidas en las vacaciones, regresen a la escuela. “Es un desastre”, afirmó.
El departamento de parques tiene en esta época del año unos 100 salvavidas, cuando normalmente tendría el doble, agregó Ford, quien trabajó para la agencia durante 20 años. Incluso cuando los salvavidas de las piscinas vecinas cerradas permiten llenar los puestos en las instalaciones abiertas, las piscinas en Indianápolis deben cerrar una hora para el almuerzo y hacer un receso para limpieza todos los días.