WASHINGTON DC, EE.UU – La Casa Blanca aseguró que su proyecto de reforma inmigratoria presentada este jueves ante el Congreso, que ofrecerá una vía para la regularización de once millones de indocumentados, entre otras medidas, no se basa en intereses políticos sino en cuestiones puramente morales.
“No es un enfoque que se deba a un prisma político, sino a un prisma moral», afirmó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en rueda de prensa. «Es lo correcto para el país, lo correcto para millones de personas que viven en las sombras; y, francamente, lo correcto para la seguridad de nuestra frontera».
Las palabras de la vocera se produjeron apenas un par de horas después de que el senador demócrata Bob Menéndez presentara el texto de la Ley de Ciudadanía Estadounidense 2021, antes de entregar oficialmente el proyecto legislativo ante las dos cámaras del Congreso.
«Ofrecerá un camino para ganarse la ciudadanía a gente que trabaja duro, que es parte de nuestras comunidades y vive aquí desde hace décadas»
Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca
La propuesta legislativa permitiría que personas indocumentadas que hayan residido permanentemente en el país hasta el 1 de enero de 2021 puedan solicitar un estatus legal temporal, con la posibilidad de obtener tarjetas de residencia permanente después de cinco años, si pasan un escrutinio de seguridad.
Para los beneficiarios del programa de Acción Diferida para los llegados en la Infancia (DACA) y del Estatus de Protección Temporal (TPS), el camino a la residencia sería inmediato y a la ciudadanía, en un período de tres años.
Psaki aseguró que, en caso de ser aprobada, esta nueva legislación «modernizará» el sistema migratorio estadounidense. “Ofrecerá un camino para ganarse la ciudadanía a gente que trabaja duro, que es parte de nuestras comunidades y vive aquí desde hace décadas», afirmó.
Las prioridades del presidente Joe Biden reflejadas en el texto de la propuesta de ley son, explicó la portavoz: una mejor gestión de la frontera, el respeto a las unidades familiares que entran al país, encarar la raíz de los flujos migratorios, garantizar que EE.UU. sigue siendo un «refugio para quienes buscan asilo» e impulsar la economía local.
¿Apoyo de la oposición?
Hasta la fecha, el presidente Biden ha adoptado una serie de medidas migratorias, bien por decreto o por cambios en la aplicación de la normativa vigente, sin embargo, si el demócrata quiere conseguir una reforma amplia y duradera necesita que el Congreso apruebe su propuesta para que pueda convertirse en ley.
El mandatario ha expresado su intención de alcanzar un acuerdo bipartidista, sin embargo, muchos republicanos han dado a conocer ya su rechazo a la propuesta. “Habrá una conversación y una negociación», concedió Psaki, quien adelantó que precisamente el senador Menéndez será una de las «figuras clave» en las tratativas.
En este sentido, uno de los primeros republicanos en pronunciarse fue el congresista Jim Jordan, uno de los más fieles aliados del expresidente Donald Trump, quien sostuvo que la propuesta «deja en último lugar» la seguridad y la economía del país.
«Esta propuesta descaradamente partidista recompensa a quienes violaron las leyes, inunda a nuestro mercado laboral en un momento en que millones de estadounidenses no tienen trabajo, no logra garantizar la seguridad en la frontera e incentiva aún más a la inmigración ilegal», sostuvo Jordan en un comunicado.
«Esta propuesta descaradamente partidista recompensa a quienes violaron las leyes»
Jim Jordan, congresista de EE.UU.
En este sentido, Guadalupe Correa-Cabrera, profesora de Política y Gobierno de la Universidad George Mason, señaló en declaraciones a la Voz de América que es posible que la polarización política que suscita a la propuesta se traslade a otros ámbitos de la sociedad. «Creo que puede haber muchas divisiones, puede haber también enfrentamientos en las calles, xenofobia, muchas reacciones a estas propuestas, a estas reformas”.
Asimismo, al igual que hizo Jordan, Correa-Cabrera advirtió del efecto llamada que pudiera tener el empuje en materia migratoria de la Administración Trump cuando «en realidad, todo estos son propuestas».
“Las expectativas que se están generando pueden y muy probablemente lo harán, generar más trayectos para los coyotes, para los traficantes de humanos y ponerlos en riesgo porque realmente la frontera se cierra y no se ha abierto y no parece ser que con esta legislación se va a abrir la frontera”, acotó.
Por su parte, la vocera de la Casa Blanca, Psaki, reconoció que «aún falta» para llegar a un acuerdo, pero subrayó que, en todo caso, «en estos momentos» la «única prioridad» de la Administración Biden es lograr que el Congreso apruebe un paquete de estímulo por valor de 1,9 billones de dólares para hacer frente al impacto de la pandemia.