Miami, EE.UU.– Unas 250 personas se manifestaron este sábado frente a la sede de la Archidiócesis de Miami en protesta por el trato dado en el Vaticano a un grupo de exiliados cubanos, unos hechos que motivaron que tres congresistas estadounidenses expresaran su decepción por la postura del papa Francisco frente a la lucha del pueblo cubano por su libertad.
Los manifestantes con banderas cubanas y carteles con consignas como «Patria y vida» se mantuvieron alejados del edificio eclesiástico, que estaba completamente cerrado, mientras varios autos de policía vigilaban la escena.
Antes de la protesta se conoció una carta dirigida al nuncio apostólico en EE.UU. por tres congresistas republicanos de origen cubano que dijeron sentir una «profunda decepción» por el hecho de que el papa Francisco no haya condenado los «atroces abusos» del régimen de Cuba ni se haya solidarizado con «las demandas de libertad del pueblo cubano».
Los congresistas María Elvira Salazar, Mario Díaz-Balart y Carlos Giménez dijeron en una carta dirigida al nuncio, el arzobispo Christophe Pierre, que también «el pueblo cubano se ha sentido decepcionado por el fracaso de los líderes de la Iglesia Católica en apoyarlos contra la opresión, el abuso y la tiranía.
La misiva, con fecha del 29 de octubre y conocida hoy, fue enviada al nuncio por los parlamentarios para quejarse del trato dado a un grupo de exiliados cubanos que intentó manifestarse en una ceremonia pública en la Plaza de San Pedro con el papa el pasado domingo, pero la policía no se lo permitió.
La manifestación fue convocada por Alex Otaola, quien conduce desde Miami un popular programa en YouTube, y convocado también la protesta realizada hoy ante la Archidiócesis de Miami.
Los firmantes de la carta manifiestan que como representantes en el Congreso de EE.UU. de distritos del sur de Florida en los que abundan los cubano-estadounidenses quieren «estar seguros de que (los jerarcas del Vaticano) están plenamente al tanto de la lucha del pueblo cubano».
En ese sentido mencionan las protestas que estallaron el 11 de julio en Cuba para «exigir democracia y derechos humanos básicos, incluido el derecho al libre ejercicio de la religión».
Recuerdan al nuncio que todavía numerosos manifestantes permanecen encarcelados «en condiciones inhumanas, a menudo incomunicados» y se refieren al sacerdote José Álvarez Devesa, que fue «golpeado por la seguridad del Estado cuando intervino para detener la brutal golpiza a un manifestante de 14 años».
«Este acto desinteresado de misericordia, sacrificio y amor debe celebrarse en los niveles más altos de la Iglesia, y su abuso y arresto deben ser condenados», subrayan.
ACUSAN DE «APATÍA» A LA JERARQUÍA CATÓLICA
Salazar, Díaz-Balart y Giménez mencionan a las Damas de Blanco, que desde hace años marchan los domingos a misa en protesta por el encarcelamieto de sus «maridos, hijos, padres y abuelos», «presos políticos católicos», y recogen las opiniones del ex preso político Eduardo Cardet, del Movimiento de Liberación Cristiana.
Cardet declaró al Registro Nacional Católico el 20 de julio de 2021: «La respuesta del Vaticano a la realidad del pueblo cubano ha sido débil. Ha sido una respuesta evasiva, distante y fría».
«Estas declaraciones resumen las opiniones de muchos católicos cubanos, tanto en la isla como en todo el mundo, que se sienten abandonados por la jerarquía de la Iglesia, que no ha podido condenar los ataques diarios de la dictadura cubana a la dignidad humana, ni siquiera proclamar los derechos otorgados por Dios a los ciudadanos», subrayan los congresistas en su carta al nuncio.
La carta hace referencia a los sucesos ocurridos el domingo con los cubanos que querían acceder al papa y termina diciendo que «el pueblo cubano busca la solidaridad del liderazgo dentro de la Iglesia para apoyar a los oprimidos y afirmar la dignidad innata del espíritu humano».
«Lamentablemente, es nuestra opinión que se han encontrado con la apatía de los niveles más altos de la jerarquía de la Iglesia», subrayan.
En respuesta a las críticas de exiliados cubanos, el Vaticano respondió esta semana que «el domingo pasado algunas personas quisieron entrar a la Plaza de San Pedro para una manifestación política durante un evento espiritual y religioso, el Ángelus dominical que oficia el Santo Padre».
La Oficina de Prensa de la Santa Sede añadió: «Por lo que sabemos, se les ofreció entrar a la plaza como individuos, no como manifestantes, pero se negaron y continuaron su manifestación en Via della Conciliazione, a poca distancia de la plaza, sin que, según nos parece, ocurriera ningún incidente particular».