Ciudad de México.– Durante 2021 se reportaron a diario 14 personas de 0 a 17 años como desaparecidas en México, de acuerdo al informe presentado este lunes por la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).
El documento también refiere que hasta el 11 de abril y desde 1964 -cuando se inició el registro- se contabilizan 82.328 menores desaparecidos, aunque solamente uno de cada cinco permanecen no localizados.
Además, dos de cada tres menores registrados como desaparecidos son mujeres (55.873).
Y tres de cada cuatro personas entre 0 y 17 años desaparecidas son adolescentes.
El documento fue presentado en el marco del informe del Comité de la ONU Contra las Desapariciones Forzadas (CED) publicado el pasado 12 de abril sobre la visita a México -donde se acumulan, según datos oficiales, cerca de 100.000 desaparecidos-, que llevó a cabo entre el 15 y el 26 de noviembre de 2021.
Para Redim, este informe es de gran “valor” tanto por las recomendaciones al Estado mexicano como por haber tenido en cuenta a las asociaciones civiles y organizaciones, como es el caso de este organismo.
“Para Redim es muy importante que el comité haya tomado nota de esta problemática”, expresó en una conferencia de prensa Tania Ramírez, directora ejecutiva de la Red.
Ramírez detalló que a partir de 2016 despuntaron las desapariciones coincidiendo con la llamada guerra contra el narcotráfico, a partir del sexenio de Felipe Calderón (2006-2012).
Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) continuó y se acentuó el aumento, señaló la experta.
Asimismo, el informe de Redim detalló que cuatro de cada diez casos de desapariciones de menores de edad se concentran en tres estados: Estado de México, Tamaulipas y Jalisco.
Ramírez se refirió también a cuatro recomendaciones “clave” que hizo el CED al Estado mexicano.
La primera de ellas es la “urgencia de que las autoridades puedan establecer mecanismos ágiles, eficaces y transparentes para que el registro de personas desaparecidas pueda tener información no duplicada y sin errores”.
En segundo lugar, la urgencia de emprender una amplia campaña nacional de sensibilización que “contrarreste la victimización” que sufren las víctimas.
Asimismo, la necesidad de atender con un enfoque diferencial de niñez, y por último, la importancia de los registros de huellas, aunque los menores de edad no pueden estar dentro de ellos y el acta de nacimiento es el único medio de identificación.
La tragedia de los desaparecidos, que se suma a una crisis forense, tomó fuerza a partir de 2006, coincidiendo con el comienzo de la llamada guerra contra el narcotráfico en México.