Washington – En su discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente Donald Trump ofreció este martes al Congreso una visión del país optimista, basada en los datos económicos, pero ignorando la realidad de un juicio político que mantiene dividido al país.
“El estado de nuestra Unión está mejor que nunca”, aseguró el mandatario, ante la atenta mirada de la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, quien abrió la puerta a la posible destitución del presidente el pasado mes de septiembre.
La comparecencia de Trump se produjo apenas un día antes de que el Senado se pronuncie sobre su posible destitución y coincide con sus cotas más altas de popularidad, al contar por primera vez con la aprobación del 49% de los estadounidenses, según Gallup.
Trump justificó su visión positiva en los avances económicos conseguidos por su administración, como la reforma impositiva, los datos de desempleo y el fin de numerosas regulaciones.
Uno de los puntos en los que Trump hizo énfasis fue la reciente firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), entre EE.UU., México y Canadá, que fue ratificado en la Casa Blanca a finales del mes pasado.
Trump también celebró los avances en las negociaciones con China, que podrían poner fin en los próximos meses a la guerra comercial que mantienen ambas potencias desde que el neoyorquino asumió la presidencia.
Uno de los momentos álgidos de la noche se produjo cuando Trump anunció la presencia del presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, en la sala, una noticia que fue recibida con una cerrada ovación por representantes de ambas bancadas.
“Hoy tenemos aquí al presidente legítimo de Venezuela, Juan Guaidó. Por favor, señor presidente, póngase en pie”, instó Trump a Guaidó, quien no dudó en alzarse para saludar a los asistentes y en agradecerle al estadounidense su gesto.
Trump se refirió al presidente en disputa de Venezuela, Nicolás Maduro, como un “dirigente ilegítimo, un tirano que trata brutalmente a su gente”.
Asimismo, el presidente quiso expresar su apoyo a los pueblos de Cuba y Nicaragua a los cuales les aseguró que, al igual que en el caso de Venezuela, su administración les brindará su apoyo para que puedan “restaurar la democracia” en sus países.
El presidente hizo referencia a uno de los temas que le han granjeado un mayor apoyo entre su base y se ha convertido en uno de los temas centrales de su presidencia: la inmigración.
“Estados Unidos debe ser un santuario para los ciudadanos que respetan las leyes, no para los inmigrantes ilegales”, sostuvo al pedirle al Congreso que apruebe una legislación que acabe con las ciudades santuario, que son aquellas que protegen a los indocumentados frente al gobierno federal.
El mandatario aseguró, además, que la construcción del muro fronterizo con México sigue avanzando y sostuvo que, a principios del año próximo, se habrán completado unas 600 millas.
El comandante en Jefe de EE.UU. celebró la desaparición del califato territorial del grupo yihadista Estado Islámico y se refirió, una vez más, a la muerte de su líder, Abu Bakr al Baghdadi, a manos de las tropas americanas el pasado mes de octubre.
El ataque al complejo donde se escondía el líder del Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, el 26 de octubre de 2019 fue lanzado después de una cuidadosa recopilación de información de inteligencia. También se refirió al general iraní Qasem Soleimani, muerto en Irak a manos de las tropas estadounidenses, un acto que hizo temer a la comunidad internacional por una escalada de tensión entre Washington y Teherán.