Nueva York, EE.UU.- Cuatro millones de personas, de los cuales un millón es de origen latino, están convocados a las primarias de este martes en Nueva York, una contienda muy reñida y en la que no hay un claro favorito en el lado demócrata, del que con casi toda probabilidad saldrá el futuro alcalde de la ciudad.
Según la Junta Electoral local, en la ciudad hay 3,6 millones de demócratas y 500.000 republicanos, poco más de 4,1 millones de electores, de los cuales, según la Asociación Nacional de Funcionarios Electos y Designados (NALEO), más de 1,1 millones son latinos, lo que les convierte en una fuerza muy a tener en cuenta.
Tres candidatos suenan con más fuerza: el antiguo aspirante a la presidencia Andrew Yang, la exjefa de Saneamiento de la ciudad Kathryn García -que no es latina- y el presidente del condado de Brooklyn, Eric Adams, que en los últimos días ha liderado los sondeos.
Adams tiene el respaldo de conocidos líderes latinos, entre ellos el congresista Adriano Espaillat, lo que el concejal Ydanis Rodríguez, a cargo de su campaña en esta comunidad, espera tenga peso entre los votantes hispanos.
Rodríguez aseguró a Efe que el voto latino «será decisivo» y que un triunfo de Adams permitiría que por primera vez los latinos pudieran tener un papel importante en el Gobierno local.
Pero llevar a los latinos a las urnas requiere de «recursos, tiempo y esfuerzo», comentó a Efe el politólogo de la Universidad pública de la Ciudad de Nueva York (CUNY) José Gutiérrez.
Este experto considera, sin embargo, que el apoyo de Espaillat y Rodríguez, ambos dominicanos del norte de Manhattan, podría ayudar «muchísimo» a Adams en esa comunidad.
ECONOMÍA Y CRIMINALIDAD
Los hispanos saben que pueden marcar el resultado final y acuden a las urnas en medio de la recuperación de la ciudad tras una pandemia que les afectó de forma desproporcionada con más muertes, pérdida de empleo y una inseguridad alimentaria que aún algunos afrontan.
Pero no es el único tema que puede marcar la intención de voto, pues es creciente la preocupación por la seguridad pública ante la creciente ola criminal.
«Es la primera vez en muchos años que la seguridad en la calle, que el crimen, ha tenido tanta resonancia con los votantes y para la comunidad latina me parece un tema importante» así como la economía y la educación, indicó Gutiérrez.
Coincide con él Rodríguez, que apunta los vecindarios que han sido «azotados por la violencia, donde vive la gente de color, están cansados y quieren ponerle fin mirando más policías patrullando las calles, una policía que invierta más para contrarrestar el crimen».
Estos temas protagonizan unas primarias en que se elegirán los candidatos demócrata y republicano a la Alcaldía, así como el fiscal de cuentas, el defensor del pueblo y los presidentes de los cinco condados, entre otros candidatos que se medirán en las urnas en noviembre próximo.
CANDIDATOS LATINOS
Entre los aspirantes demócratas a sustituir a Bill de Blasio se encuentra Dianne Morales, una afrolatina de origen puertorriqueño que forma parte del ala más izquierdista de su partido y que ha enfrentado problemas durante la campaña, lo que podría dificultar su deseo de convertirse en la primera persona de origen latino en ser alcalde de la ciudad.
Y en el bando republicano hay otro hispano, el empresario dominicano Fernando Mateo, que se presenta como partidario de Donald Trump, lo cual no es garantía de mucho éxito en una urbe donde el magnate neoyorquino no despierta excesivas simpatías políticas.
No en vano, Nueva York es una ciudad de tradición demócrata y quien gana las primarias se ha impuesto sin problemas en noviembre, por lo que cobran gran significado estos comicios sobre quién dirigirá el destino de la ciudad en los próximos cuatro años.
RESULTADO INCIERTO
Para Gutiérrez es una «elección inusual» al no haber «un Bloomberg», es decir, una persona con tanto dinero que domine la elección.
«Esa falta de un candidato súper poderoso y súper conocido hace que los analistas se queden un poco cautelosos en decir cómo se va a resolver esta elección», reconoció.
La otra gran razón, agregó, es que es la primera vez que el elector puede votar por orden de preferencia, lo que les permite escoger hasta cinco aspirantes a la Alcaldía, sistema que, dice, tiene muchas posibilidades para que los que no llevan la delantera en intención de voto a la postre tengan «auténticas posibilidades» de ganar.
Durante el primer conteo sólo se tendrán en cuenta los candidatos marcados en primer lugar de preferencia y si uno de ellos obtiene más del 50 % de los apoyos, se convierte en ganador; si no, se eliminará al candidato menos votado.
Después, las papeletas del aspirante eliminado se contarán de nuevo, pero esta vez los funcionarios que hagan el escrutinio computarán en estas papeletas al candidato que había sido considerado como segunda opción, y lo añadirán a los primeros resultados.
Este proceso se repetirá las veces necesarias hasta que uno de los candidatos logre más del 50 % de los apoyos.