Denver (CO).- Una ola migratoria masiva que sorprendió en diciembre pasado a Denver (Colorado) ha llevado a las iglesias latinas a revaluar la forma de ayudar a esas comunidades necesitadas, y para ello se reunirán este viernes en un foro nacional en esta capital estatal.
Jason Woodman, coordinador del evento, dijo a EFE que la meta es «reimaginar» la manera en que estas congregaciones interactúan con inmigrantes, con extranjeros e incluso con aquellos «que no estén de acuerdo con nuestros métodos».
A Denver llegaron desde principios de diciembre pasado más de 4.000 migrantes, la mayoría venezolanos, lo que provocó que la municipalidad local agotase en dos meses los fondos de ayuda comunitaria que habitualmente emplea en tres años (unos 3 millones de dólares).
«Los cristianos están bajo instrucciones bíblicas específicas con respecto a los extranjeros y los vecinos. Sin embargo, a pesar de que Estados Unidos es un país de inmigrantes, nuestra historia de política y la retórica actual nos confunden», comentó Woodman, del Seminario Teológico de Denver.
Subrayó que decenas de dirigentes de iglesias hispanas de todo el país se reunirán este viernes para analizar la «confusa crisis inmigratoria» y buscar una «respuesta compasiva».
Abordarán la inmigración y su implicación en la seguridad nacional, así como la realidad económica y la política mundial que impulsan la migración, y las consecuencias culturales de estos movimientos masivos y sostenidos en el país.
De los migrantes llegados a Denver, unos 1.900 fueron trasladados en autobuses contratados por la municipalidad o por el estado de Colorado hasta sus «destinos finales», principalmente Chicago y Nueva York.
DOS AUDIENCIAS
Para Danny Carroll, uno de los oradores centrales del encuentro, la actual crisis es la continuación de otras anteriores que no encuentran solución porque existen «dos audiencias» que entienden de forma distinta tanto el tema inmigratorio como la «orientación bíblica».
«Es diferente hablar con una audiencia anglosajona que con una audiencia de inmigrante latino. En el caso de los anglos, ellos pueden ver cuán importante es el tema y el fenómeno de la migración en la Biblia. Para los inmigrantes, los mismos pasajes pueden servir para animarlos al transmitirles que su Dios está comprometido con ellos y los entiende», dijo Carroll a EFE.
Carroll, hijo de madre guatemalteca y profesor de Estudios Bíblicos en el Colegio Wheaton, aseveró, sin embargo, que los textos bíblicos no ofrecen una solución ni una propuesta política sino que, en el mejor de los casos, «pueden impactar la mentalidad» de aquellos involucrados en el debate inmigratorio.
Subrayó que se ha encontrado frecuentemente con representantes de iglesias conservadoras o fundamentalistas que emplean «las mismas palabras, detalles, historias y ayudas visuales» que él, pero sin que eso los lleve a una «actitud hospitalaria» hacia los inmigrantes.
En abril de 2006, cuando Carroll enseñaba en el Seminario Teológico de Denver, se produjeron masivas manifestaciones de decenas de miles de personas en el centro de la ciudad para pedir una reforma migratoria.
Como respuesta, el entonces gobernador republicano Bill Owens convocó a una sesión legislativa extraordinaria que aprobó un paquete de medidas consideradas en aquel momento como las más severas leyes antiinmigrantes aprobadas a nivel estatal.
Esas mismas medidas, por ejemplo excluir a inmigrantes de servicios públicos, fueron después adoptadas por Utah y Arizona. En Colorado, las leyes antiinmigrantes de 2006 fueron derogadas entre 2013 y 2014.
El contexto ha cambiado con la pandemia, con hasta un 75 % de iglesias latinas impactadas negativamente por la crisis sanitaria.
«Los teólogos, biblistas, líderes y pastores tienen que estar conscientes de la condición actual de las iglesias y de los retos que confrontan como una minoría religiosa en esta cultura. ¿Qué significa ser cristiano hoy, en palabra y hecho, en cuanto a la inmigración?», expresó Carroll.
De manera práctica, dijo el teólogo y experto en ética social, «es importante que (esos líderes) incorporen el tema de la inmigración y acciones concretas a su visión», es decir entender que «la misión de la iglesia es enfrentarse a las complejas realidades del presente».
Alexia Salvatierra, decana del Centro Latino en el Seminario Teológico Fuller y cofundadora de la Mesa Evangélica de Inmigración (EIT), subrayó la necesidad de un «ministerio comunitario de transformación social, especialmente en el ámbito de inmigración»
Pastora en la Iglesia Luterana desde hace 35 años, Salvatierra destacó que el foco de EIT «no es sólo políticas públicas» porque «inmigración no es un tema político, sino un tema humano».
Por su parte, Woodman dijo que los dirigentes reunidos el viernes en el foro «Testimonios convincentes y creíbles» tendrán que decidir cómo sus iglesias responderán a este problema.