Miami, (EFE News). – Los padres de uno de los alumnos de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland (Florida) asesinados en un tiroteo en 2018 entregarán este martes a la Asociación Nacional del Rifle (NRA) galletas de Navidad con forma humana y agujeros que representan balazos.
Los venezolano-estadounidenses Manuel y Patricia Oliver, padres de Joaquín Oliver, decidieron hacer este regalo al poderoso lobby armamentístico a raíz de un mensaje que la NRA puso en redes sociales en el que pide a Santa Claus que le de munición y a cambio le darán galletas, según informaron en sus redes sociales.
Los Oliver han elaborado 1.700 galletas, una por cada niño y joven que muere a causa de la violencia de las armas de fuego al año.
Será Patricia quien mañana, martes, a las 10,30 hora del Este lleve las galletas a la sede de la NRA en Fairfax (Virginia), dijo Manuel Oliver a EFE .
«Guac» Oliver tenía 17 años cuando murió al igual que otros 13 estudiantes y tres profesores o personal de la escuela de Parkland a causa del tiroteo desatado por un ex alumno, Nikolas Cruz, de 19 años en aquel 14 de febrero de 2018.
Manuel Oliver, que se dedica al arte, y su esposa Patricia se convirtieron en activistas del control de armas tras la matanza perpetrada por Cruz, que había dado señales de tener problemas mentales y tenia un arsenal de armas de fuego en la casa donde vivía.
Una organización no gubernamental, Change The Ref, creada por los Oliver, se dedica a promover una reforma legal para limitar la posesión de armas de fuego por particulares y a empoderar a jóvenes que defiendan esas ideas en el futuro.
En su cuenta de Twitter, en la que se define como «el padre y el mejor amigo de Guac», Manuel Oliver publicó fotos y un vídeo con su esposa en la cocina de la casa familiar y con una gran montaña de galletas.
Oliver ha realizado 40 murales por todo el país en los que «Joaquín es el gran protagonista, no la víctima» y también es el autor de la pieza teatral «Guac: mi hijo, mi héroe», que ha recorrido diversas ciudades.
Nikolas Cruz, que fue detenido el mismo día de la matanza y confesó ser el autor de los disparos con un rifle de asalto, está encarcelado desde entonces y a la espera de un juicio en el que podría ser condenado a muerte.