Miami, EE.UU.– La comunidad cubana de Miami pidió este miércoles no olvidar nunca la «masacre» de dos avionetas civiles por aviones militares de Cuba en el estrecho de Florida hace 25 años y lanzó una iniciativa para que en cualquier negociación de Estados Unidos con el Gobierno de la isla se le exija la entrega de los responsables.
«Prohibido olvidar» fue la consigna de las conmemoraciones «solemnes» por el aniversario vigésimo quinto de un hecho por el que están encausados en este país un general brigadier que era el responsable de la Fuerza Aérea de Cuba entonces y los dos pilotos que dispararon misiles contra las avionetas de Hermanos al Rescate.
Cuatro jóvenes, tres de ellos con nacionalidad estadounidense y otro con residencia permanente en este país, murieron el 24 de febrero de 1996 cuando trataban de avistar desde sus avionetas a balseros en el mar para asistirlos y avisar a los guardacostas.
La llamada «crisis de los balseros» estaba en su apogeo y el estrecho de Florida era conocido como el «estrecho de la muerte», por la cantidad de cubanos que perecían tratando de llegar a EE.UU. a bordo de cualquier cosa que flotase, como recordó el comisionado (concejal) Manolo Reyes en uno de los actos conmemorativos.
Miembros del exilio cubano recordaron esta tarde ante cerca de un centenar de personas a los «mártires de la libertad de Cuba» en un acto conmemorativo celebrado en el Memorial Cubano de Miami, en el que clamaron justicia para las víctimas de Hermanos al Rescate y pidieron «castigo para los asesinos».
«Fueron masacrados bajo el régimen criminal (cubano) y por las órdenes de Fidel y Raúl Castro», dijo visiblemente emocionada en el acto Silvia Iriondo, líder de Madres y Mujeres anti Represión (MAR) por Cuba, quien volaba en una de las avionetas civiles el día del ataque por aviones de combate Mig cubanos.
Iriondo subrayó que el «crimen permanece sin castigo» y que no descansarán hasta que se haga «justicia y ver una Cuba libre». A continuación relató brevemente cómo vivió los hechos en los que «cuatro mártires fueron asesinados en espacio aéreo internacional» por el simple hecho de «querer salvar vidas de cubanos que escapaban de la isla» en balsas.
Frente al monumento dedicado a los luchadores por la libertad en Cuba se depositó una ofrenda floral con cintas de la bandera cubana y la foto de los cuatro pilotos de Hermanos al Rescate derribados.
FAMILIARES Y SOBREVIVIENTES EN UN DÍA TRISTE
Familiares de Carlos Costa, Pablo Morales, Mario de la Peña y Armando Alejandre Jr., así como algunos de los ocupantes de una tercera avioneta del mismo grupo contra la que los pilotos cubanos no dispararon, asistieron a una conmemoración en el Ayuntamiento de Miami junto a representantes de organizaciones del exilio cubano.
José Basulto, fundador de Hermanos al Rescate, no asistió al acto por causas no precisadas.
Los nombres del general brigadier Rubén Martínez Puente y los hermanos pilotos Lorenzo Alberto y Francisco Pérez Pérez, encausados desde 2003 en tribunales federales estadounidenses por asesinato, resonaron en un acto en el que, además de denuncias de las «atrocidades» del régimen cubano, se escucharon críticas al Gobierno estadounidense de entonces, que presidía Bill Clinton.
El alcalde de Miami, Francis Suárez, dijo que lamentablemente el Gobierno federal no dio la «respuesta adecuada» a un hecho de tal gravedad.
A juicio del comisionado (concejal) Joe Carollo, la respuesta a una acción contra aeronaves estadounidenses civiles, desarmadas, con ocupantes estadounidenses en «una misión humanitaria» y «sobre aguas internacionales» hubiera sido «bombardear la base de la que partieron los Mig».
El Gobierno de Cuba dijo para justificar el ataque que las avionetas Cessna de Hermanos al Rescate habían entrado en espacio aéreo cubano, alegación desmentida por los involucrados y expertos.
«PASOS CONCRETOS» PARA QUE SE HAGA JUSTICIA
Suárez, que se reunió previamente con los familiares de las cuatro víctimas del ataque, anunció que este jueves se someterá a votación en la Junta Municipal una resolución para exigir justicia en el caso de las avionetas.
También se pedirá que en caso de que el actual Gobierno de EE.UU., encabezado por el demócrata Joe Biden, o cualquier otro Gobierno en el futuro entable una negociación con Cuba, se ponga sobre la mesa como condición la entrega del general Martínez de la Puente y los hermanos Pérez Pérez.
Esta resolución se enviará a la organización que engloba a todas las alcaldías de EE.UU. para que la hagan propia, según dijo Suárez, quien destacó que se trata no sólo de hacer comentarios sobre un hecho execrable sino de tomar «pasos concretos» para que los responsables rindan cuentas a la justicia estadounidense.
También esperan contar con el apoyo de la decena de senadores y representantes de origen cubano que hay en el Congreso, entre los cuales está el demócrata Bob Menéndez, que preside el poderoso Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
Cuatro de ellos, los republicanos Marco Rubio, Mario Díaz-Balart, María Elvira Salazar y Carlos A. Giménez, emitieron hoy un comunicado con motivo del 25 aniversario del derribo de las avionetas en el que instaron este miércoles a «mantener la presión» sobre el régimen cubano mientras no se haga justicia por el derribo de las avionetas de Hermanos hace 25 años.
MENSAJE A BIDEN
En la misma línea, el alcalde Suárez dijo que en este día «muy triste» para la comunidad cubana en Estados Unidos es importante señalar que no se puede ir «marcha atrás» en la política de sanciones hacia Cuba.
En una carta dirigida a Biden y divulgada hoy, la Asamblea de la Resistencia Cubana, que engloba a grupos de fuera y dentro de Cuba, le pidió que ponga fin a la impunidad de la que ha gozado el régimen de Cuba, a pesar de las «atrocidades» cometidas en 62 años.
A juicio de los firmantes, «el principal obstáculo para un cambio en Cuba es detener la sensación de impunidad que siempre ha mostrado la dictadura comunista a pesar de los numerosos crímenes contra la humanidad que ha cometido», agregaron.
También pidieron que no saque a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, en la que fue incluida en 2020 por la Administración de Donald Trump, y que no caiga en la tentación de limitarse a «lidiar con los síntomas de la dictadura».