Luego de las elecciones presidenciales en EE. UU., el presidente electo Donald Trump inició un complejo proceso de transición en el que está involucrado un equipo seleccionado cuidadosamente para garantizar una transferencia ordenada. Estas personas son de alta confianza y tienen importantes roles.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, se prepara para asumir otra vez el cargo el próximo 20 de enero de 2025. Previo a esto, el republicano formó un equipo de transición que tiene la responsabilidad de organizar el inicio del nuevo mandato.
“Un equipo de transición suele ser un grupo de expertos o asesores que el presidente entrante reúne para facilitar lo que esperan que sea una transición fluida del poder del presidente saliente al recién elegido”, dijo a la Voz de América Kimberly Martin, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad del Sur de Georgia.
¿Qué hace el equipo de transición?
“Hay tres funciones principales que cualquier equipo de transición asume: primero, personal, segundo, políticas y tercero, revisión de las agencias”, explicó a la VOA Heath Brown, profesor de Política Pública en la Universidad de Nueva York.
Los miembros de este grupo deben ayudar en los nombramientos clave, identificando a candidatos para los puestos más importantes de gabinete y agencias federales. Además, define las prioridades en política pública.
“También ayuda a preparar una agenda de políticas que pueden promulgarse el primer día después de la toma de posesión, en forma de órdenes ejecutivas y realizan una auditoría del gobierno”, agregó Brown.
El equipo de transición, además, trabaja con la administración saliente para recibir la información necesaria de presupuesto y operaciones en curso. La mayoría de los presidentes electos también reciben informes de inteligencia diarios durante la transición.
Todo esto debe ocurrir en un periodo de 75 días designado para la transición.
“Es realmente crucial para el presidente entrante porque realmente le permite estar listo para empezar a trabajar desde el primer día, en lugar de perder el tiempo tratando de conseguir todos estos nombramientos y agendas y coordinando con funcionarios externos”, agregó Martin.
Información pública apunta a que el pasado noviembre, cuatro personas registraron al equipo de transición presidencial de Donald Trump como su empleador. Los co-presidentes son el empresario multimillonario de Nueva York y nominado a secretario de Comercio, Howard Lutnick, y la ahora nominada a secretaria del Departamento de Educación, Linda McMahon.
McMahon está supervisando las políticas públicas, mientras Lutnick está encargado del cambio de personal en la administración. Cada presidente puede hacer alrededor de 4.000 nombramientos políticos en su administración.
El coordinador de transición es John Seravalli, experto en comunicaciones y director de integridad electoral del Comité Nacional Republicano.
A este equipo se suma Susan Wiles, quien ejerció como co-directora de campaña de Trump y será ahora su jefa de gabinete, siendo así la primera mujer en ocupar ese puesto. El presidente electo le atribuye a Wiles el ayudarle a ganar las elecciones de 2016 y 2024.
Los miembros del equipo de transición, además, podrían terminar ejerciendo en la administración entrante. “Por lo general, las personas que forman parte de la campaña también serán parte del equipo de transición. Por lo tanto, puede haber personas que pasen de la campaña misma al equipo de transición y luego pasen a ocupar puestos administrativos”, dijo Martin.
Otras personas participan como “co-presidentes honorarios” del equipo de transición, entre ellos el excandidato presidencial Robert F. Kennedy, quien fue nominado a secretario del Departamento de Salud. Así como el vicepresidente electo JD Vance y los hijos de Trump, Donald Trump Jr. y Eric Trump.
Expertos anticipan que el hijo mayor del presidente electo tendrá un rol en ayudar a seleccionar ciertos empleados de confianza.
Las agencias federales, por otro lado, suelen tener su propia persona encargada del proceso de transición. En el Departamento de Estado, por ejemplo, fue asignado Brian Hook, explanificador de políticas y enviado especial a Irán. Y en el Pentágono estará Robert Wilkie, exsecretario de Asuntos de Veteranos de la primera administración de Trump.
¿Por qué se necesita un equipo de transición?
Las labores de cambio de administración son amplias y complicadas. Los expertos explicaron que el gran número de posiciones de trabajo por nombrar, requiere un equipo grande.
“No es fácil simplemente tomar cualquier decisión sobre personal, imaginen tomar 4.000 de esas decisiones, incluidas aproximadamente 1.000 que tienen que ser confirmadas por el Senado de Estados Unidos”, explicó Brown.
Cada persona debe pasar un extenso proceso de entrevistas, investigación de antecedentes, entre otras cosas, que hacen el tamaño del esfuerzo uno complejo.
Otra razón para tener este equipo se relaciona con las promesas de campaña. “Se necesita un equipo de expertos para tomar una promesa de campaña y convertirla en una orden ejecutiva, no es algo que simplemente sucede de manera natural… si un nuevo presidente ha hecho muchas promesas, entonces va a necesitar un equipo a su alrededor para cumplir esas promesas”, dijo el profesor.
Contrastan las diferencias con la transición de 2020
Hace cuatro años, la negativa de Trump de conceder las elecciones al demócrata Joe Biden, llevó a tropiezos en el proceso de transición, previniendo que la entonces administración entrante tuviera acceso a fondos federales e información durante varias semanas.
Para evitar ese tipo de retrasos en futuras transiciones, la Ley de Mejora de la Transición Presidencial de 2022 exige que el proceso de transición comience cinco días después de la elección, incluso si el ganador aún está en disputa.
Es usual que el gobierno estadounidense otorgue un financiamiento al proceso de transición. En 2016, el esfuerzo de transición de Trump recibió una asignación de 6 millones de dólares en fondos gubernamentales, mientras que otro millón se reservó para ayudar a preparar a los nuevos designados.
Este año, el equipo de transición de Trump aseguró que no usaría fondos públicos para actividades de transición, y ellos mismos pagarían por el proceso.
“La forma en que lo harán es mediante la recaudación de fondos… esa recaudación de fondos se ha realizado bajo reglas bastante estrictas sobre cuánto pueden dar los donantes y qué información pública se compartirá sobre esos donantes, pero al rechazar la financiación federal y optar por autofinanciarse, no tendrán que cumplir con los mismos límites en las donaciones y su divulgación será un poco diferente”, concluyó Brown.
Previo a las elecciones, a diferencia de la campaña de la vicepresidenta demócrata Kamala Harris, el equipo de Trump no firmó ningún acuerdo de transición con la Administración de Servicios Generales (GSA), que actúa como el propietario del gobierno federal.
Por lo tanto, este año hubo un retraso en los plazos para llegar a un acuerdo con la GSA sobre cuestiones logísticas como el espacio de oficina y el soporte técnico, y con la Casa Blanca sobre el acceso a las agencias, incluidos documentos, empleados e instalaciones.
A finales de noviembre, Trump logró dicho acuerdo con la administración Biden para comenzar a enviar a las personas de su equipo a todas las agencias gubernamentales como parte del proceso de transición. Estos grupos entran a las oficinas y se reúnen con el personal para recibir información sobre las actividades de las agencias e intercambiar datos.
Pese a este retraso, las funciones básicas del equipo de transición permanecen iguales. “La forma en que lo hacen puede diferir, pero el trabajo en sí es aproximadamente el mismo. Es necesario cubrir la misma cantidad de puestos de trabajo y deben considerarse los mismos tipos de cuestiones de política”, apuntó el profesor Brown.
El equipo del presidente electo opera bajo una organización separada de la campaña, la que fue nombrada “Transición Trump Vance 2025, Inc.”.
A inicios de diciembre, el equipo de transición Trump-Vance anunció que firmó un Memorando de Entendimiento con el Departamento de Justicia para poder presentar nombres de personas nominadas como funcionarios de alto rango para verificación de antecedentes y autorizaciones de seguridad.
“Asegurarse de tener un equipo de transición exitoso realmente crea y contribuye a cualquier tipo de estabilidad, algún tipo de continuidad del gobierno, y de alguna manera garantiza que el presidente esté completamente preparado desde el primer día”, concluyó Martin.