puertorriqueños
Personas se manifiestan durante una marcha en conmemoración del Día del Trabajador este miércoles, en San Juan (Puerto Rico). (Foto: EFE/Thais Llorca)

San Juan, Puerto Rico.- En un ambiente bastante tranquilo -a diferencia de otros años-, cientos de puertorriqueños paralizaron este miércoles en el Día del Trabajador varias zonas de San Juan, clamando por mejores condiciones laborales y por el cese de la guerra en Palestina.

La zona bancaria de ‘La Milla de Oro’, en el sector de Hato Rey, y el casco histórico del Viejo San Juan fueron las áreas donde se congregaron los manifestantes de diversas organizaciones sociales, sindicales y políticas.

En ‘La Milla de Oro’, donde ubica la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), escenario en los años 2017 y 2018 de fuertes confrontaciones entre manifestantes y policías, arrestos, saqueos y destrucción, hoy se congregaron poco más de 200 personas.

Hasta allí llegaron con banderas de Puerto Rico y Palestina grupos como Jornada: Se Acabaron Las Promesas, Boricuas por Palestina y Trabajadores y Estudiantes Comunistas por el Cambio Social.

«Explotador que me escucha, el pueblo está en pie de lucha», «La resistencia no es terrorismo», «Es el mal colonial el que hay que erradicar», «Acción, unión, revolución» fueron algunos de los lemas coreados.

Un grupo de manifestantes colocó cinco banderas de Estados Unidos sobre la vía para pisarlas y tirarles tierra, en un acto de desprecio contra el Gobierno norteamericano, así como un cartel del gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi.

Pese a la poca asistencia, la portavoz de Jornada: Se Acabaron Las Promesas, Jocelyn Velázquez, dijo a EFE estar complacida con el objetivo de haber detenido la actividad económica de las instituciones bancarias aledañas a la sede de la JSF, creada por el Congreso estadounidense para supervisar las finanzas públicas de la isla y reestructurar su deuda.

«El hecho de que ‘La Milla de Oro’ esté paralizada al día de hoy, que es un costo económico para todas estas empresas bancarias, pues definitivamente es un éxito porque es nuestro propósito: afectarles a ellos lo que les duele, que es el bolsillo», sostuvo.

Velázquez afirmó, además, que «indistintamente» de la cantidad de personas lograron «visibilizar que la JSF es el ente que toma las decisiones en Puerto Rico», desde la salud a la educación.

En su opinión, la escasez de manifestantes no se debió a los aumentos salariales a empleados públicos del último año sino a que «es un año electoral y muchas veces hay otros intereses».

En el Viejo San Juan, mientras tanto, 40 organizaciones, entre ellas la Federación de Maestros, la Unión General de Trabajadores y la Central Puertorriqueña de Trabajadores marcharon desde El Capitolio hasta La Fortaleza, sedes del Legislativo y el Ejecutivo, respectivamente.

La declaración leída al final de la marcha denunció «la legislación antiobrera», que reduce y elimina derechos laborales en la isla, y «la alianza entre la Legislatura, el gobernador y la JSF, que han provocado mayor pobreza y mayor emigración».

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