San Juan, 27 mar.- La pandemia del COVID-19 es la causa de que más de la mitad de los puertorriqueños esté preocupada por la escasez de alimentos y suministros, un 65 %, mientras que la falta de medicinas provoca inquietud al 47 %, según el resultado de una encuesta.
El temor reflejado entre la población de la isla llega cuando este viernes el Departamento de Salud informó de que el número de muertos por el coronavirus en Puerto Rico aumentó a tres y los casos positivos suman 79.
La encuesta, realizada por la agencia de publicidad Arteaga & Arteaga, revela además que el 92 % está de acuerdo con las estrictas medidas de aislamiento social -toque de queda nocturno y limitación de movilidad diurna salvo para aprovisionarse- impuestas por el Gobierno que lidera Wanda Vázquez para atajar la expansión del COVID-19.
Sin embargo, sólo el 30 % señaló sentir que el Ejecutivo tenga bajo control la situación.
El vicepresidente de estrategia de nuevos negocios de la agencia, Juan Arteaga, señaló hoy Efe que la encuesta refleja cómo los puertorriqueños se han adaptado a la situación en estos momentos de emergencia provocada por el coronavirus.
La encuesta también se dividió por edades y por las generaciones conocidas como «baby boomers», «millenials» y «Generación Z».
Arteaga destacó que el 40 % de los «baby boomers» está preocupado sobre cómo llegar a sus citas médicas, mientras que el 32 % de los «millenials» se mostró inquieto de perder su trabajo y el 20 % de la «Generación Z» le preocupa cómo pagar su automóvil.
La encuesta reveló que 8 de cada 10 personas recurre a las redes sociales en búsqueda de entretenimiento, mientras que el 66 % de ellos se entretiene viendo Netflix.
Un total de 550 personas participaron en una encuesta elaborada entre los días 19 y 21 del presente mes.
La psicóloga clínica Manuela González señaló a Efe que la pandemia del COVID-19 ha diluido cualquier límite o frontera socio-económica impuesta por el ser humano colocándonos a todos en una posición de vulnerabilidad.
La especialista recordó que en los pasados años, Puerto Rico ha enfrentado situaciones que para muchos han resultado traumáticas, desde el huracán María a los terremotos en enero pasando por la quiebra del Gobierno y ahora el coronavirus.
MEDIDAS LEGISLATIVAS
Por otro lado, la Cámara de Representantes respaldó varias medidas legislativas destinadas a mitigar el impacto económico de la pandemia del COVID-19.
La Cámara baja aprobó el Proyecto 2443 que modifica la «Ley de Contribución Municipal sobre la Propiedad de 1991», a los fines de establecer que los productos de primera necesidad estarán exentos del pago del impuesto al inventario.
Fue aprobada además la resolución conjunta de la Cámara 641 que permite a los psicólogos autorizados ejercer su profesión por medio de la telemedicina o cualquier tecnología a distancia.
El expresidente de la Cámara de Representantes José Aponte Hernández anunció por su parte la radicación de una medida que busca eximir del toque de queda al personal que presta servicio en la reparación y mantenimiento de sistemas energéticos de fuentes renovables.
ESCASEZ DE MATERIAL SANITARIO
En medio de la creciente curva de contagio de COVID-19 en Puerto Rico, los empleados de hospitales denuncian su exposición al contagio por tener que atender pacientes sin el equipo de protección adecuado.
El inventario de mascarillas, guantes y batas desechables en las instituciones hospitalarias del país es tan escaso que el personal ha recibido instrucciones de sus supervisores para que limiten su uso o, incluso, que no lo utilicen salvo con ciertos pacientes.
El drama sanitario en Puerto Rico provocado por el COVID-19 está además acompañado de consecuencias económicas que ya se han traducido en un total de 46.176 nuevas reclamaciones de desempleo desde el pasado día 16.
El Gobierno informó hoy que como medida de apoyo a la economía, a partir del próximo lunes las personas que trabajan por cuenta propia podrán solicitar un estipendio de 500 dólares.
Una mujer de 48 años es la primera víctima puertorriqueña del coronavirus y la tercera muerte que se le adjudica al COVID-19 en la isla (los otros dos decesos fueron turistas extranjeros). Se trata de una paciente fallecida recientemente que estuvo hospitalizada en la región de Aguadilla.
El pasado lunes una mujer de Nueva York de 73 años, que había estado en la isla de vacaciones, falleció y se convirtió en la segunda víctima mortal, mientras que una visitante italiana de 68 años que llegó en el crucero Costa Luminosa que murió el día 21 fue la primer deceso en la isla por el COVID-19.