La cineasta puertorriqueña Glorimar Marrero explora en su filme «La Pecera» el duelo y los estragos del «colonialismo estadounidense» en su país a través del cáncer de una artista.
«La película nos sirve un poco como una carta activista para hablar sobre el tema del colonialismo y para sembrar la semilla de la búsqueda de información adicional», dijo Marrero en entrevista con EFE.
El filme fue parte de la selección internacional de ficción del Festival de Sundance que terminó su edición presencial el pasado domingo en Park City, Utah (EE. UU).
«La pecera», de coproducción puertorriqueña y española, arranca con la revelación de que el cáncer de Noelia, una artista plástica interpretada por Isel Rodríguez, ha hecho metástasis y que, para sorpresa de todos, decidirá ya no tratarlo.
Aunque su novio protector y su familia buscarán hacerla cambiar de opinión, la mujer decide regresar a Vieques (Puerto Rico), su lugar de origen, para retomar la lucha con activistas que buscan limpiar los residuos tóxicos en el territorio que en el pasado era una base de pruebas militares estadounidense.
«Para mí era importante trabajar temas vinculados a la enfermedad, la autodeterminación y la colonia», expresó la directora, quien comenzó a escribir su largometraje tras la muerte de su madre en 2013 a causa de la misma enfermedad que vive su personaje principal.
Esta invasión territorial que ha sufrido Puerto Rico en su historia se expresa a manera de metáfora en la película a través de la invasión del cáncer que enfrenta Noelia.
«El cuerpo femenino colonizado con un cáncer me servía para hablar de la enfermedad en Vieques (Puerto Rico), así fue como quise desarrollarlo», contó Marrero.
La cineasta presenta un viaje físico emprendido por la protagonista, pero también uno sensorial, pues el contacto que Noelia tiene con telas, el agua, la arena e incluso su propio cabello, sumergen al espectador -sin palabras- a un mundo interno y doloroso.
«Ella es una artista plástica. Me imagino a Noelia como una persona muy del cuerpo, muy sensorial, con sus sentidos muy despiertos y precisamente por eso, la enfermedad la jamaquea (sacude) tanto y la hace tomar las decisiones que toma», contestó Rodríguez.
La actriz de «El cuartito» tuvo que consultar a varias mujeres que habían sufrido enfermedades complicadas para poder entender un poco cómo era que debía encarnar el dolor que experimenta su personaje.
«Me hicieron muchas descripciones de cómo les empezó esa enfermedad, pero también su vida privada, su vida íntima. Les hice preguntas sobre si salían, si bebían, cómo era el sexo con esta situación para yo poder entender acercarme por lo menos un chispito (poco)», declaró.
UNA COMUNIDAD FEMENINA
Otra postura política de Marrero en el filme fue la elección consciente de narrar una historia protagonizada y hecha por mujeres.
«Sabía que las figuras centrales serían femeninas, que el recorrido pasaría por una mujer de cuarenta y pico de años y su lazo con la madre, pero el proyecto también cuenta con activistas comunitarias viequenses, quería mostrar a estas lideresas», mencionó la cineasta.
Asimismo, la gran mayoría de los puestos de liderazgo en los distintos departamentos de la producción del filme fueron ocupados por mujeres como un «asunto ético de trabajo para fortalecer a la comunidad femenina de cineastas», explicó Marrero.
La película, que se rodó en tan solo 20 días, también es parte del Festival de Cine de Göteborg en Suecia y estará presente en otro «prestigioso festival europeo» que aún no pueden confirmar.
Además, Marrero adelantó que actualmente ya se encuentra trabajando en un nuevo filme también de coproducción española.