A los puertorriqueños se les puede encontrar en grandes números en agencias de servicio social, iglesias, clínicas de salud mental, oficinas de funcionarios latinos electos, en agencias locales, estatales y federales; pero se encuentran en menor número en las urnas, el día de las elecciones. En lo que se espera que sea una elección muy ajustada el próximo 3 de noviembre, ¿los latinos, y en particular los votantes puertorriqueños, ciudadanos estadounidenses por nacimiento, abarrotarán los lugares de votación o enviarán sus votos por correo, en números superiores a aquellos que piden ayudas y subvenciones del gobierno federal o de grandes fondos privados?
Mi buen amigo, el fallecido Joaquín Rivera (QEPD), un gran trovador puertorriqueño, deleitaba a su público isleño con su voz melodiosa y el toque agradable de su buena guitarra. Alrededor de la temporada navideña, Joaquín visitaba con los miembros de “Los Pleneros del Batey” las casas de la gente, para brindar una consagrada tradición puertorriqueña por el tiempo de las parrandas. A menudo se podía escuchar a la gente, durante una de las tradicionales canciones navideñas, decir: “c*ño, que jodienda; to’ los años’, la misma cosa, la misma m**rda».
Esta frase me vino a la mente con la campaña Biden/Harris 2020. Hasta hace poco, por lo que he visto y escuchado de los activistas políticos puertorriqueños y las críticas que he leído en las redes sociales de estas mismas personas, los puertorriqueños y otras comunidades latinas estaban siendo ignorados y excluidos por la campaña de los candidatos demócratas. Esto es lo que hacen todos los años los políticos de los dos partidos políticos principales: hacen promesas para conseguir votos puertorriqueños y luego incumplen esas promesas. Después, en el siguiente ciclo electoral, harán más de las mismas promesas y habrá más incumplimiento de dichas promesas.
El 15 de septiembre, el mismo día que inició el Mes de la Herencia Hispana en los Estados Unidos, (que se celebra del 15 de septiembre al 15 de octubre); Joe Biden, el candidato demócrata a la presidencia, presentó su propuesta para ayudar a reconstruir, renovar y respetar a Puerto Rico, en sus breves visitas a Tampa y Kissimmee, Florida; un rico estado universitario y electoral. Portavoces de la campaña de Biden emitieron esta declaración a los medios: “Biden cree que Puerto Rico y los más de tres millones de ciudadanos estadounidenses que lo llaman hogar, merecen ser tratados con dignidad y respeto. Ya sea que viva en Reading, Pensilvania o en San Juan de Puerto Rico, merece un salario justo por su trabajo, una oportunidad equitativa para salir adelante y un gobierno que trate a todos los ciudadanos estadounidenses por igual y los apoye cuando enfrentan tiempos difíciles».
En Pensilvania, la campaña Biden/Harris ha reunido a un grupo impresionante de puertorriqueños para sentarse en la mesa de toma de decisiones de la campaña. Sin embargo, el grupo principal de votantes que necesita su campaña son los puertorriqueños jóvenes. Para hacer eso, el Partido Demócrata debe entender que no se puede verter vino nuevo en odres viejos, como dice la Sagrada Escritura.
Si Biden aspira a ganar el voto puertorriqueño/latino, su campaña debe invertir mucho en llevar a los puertorriqueños más jóvenes a las urnas, abordando los problemas que los afectan. Los problemas de Puerto Rico, cuando los votantes viven en Estados Unidos, no son tan importantes. Los Partidos Demócrata o Republicano deben anunciar un plan para asegurar la igualdad de derechos políticos, educativos, sociales y económicos, a fin de que los puertorriqueños sean incluidos en la obtención de igualdad de acceso, respeto y dignidad, como ciudadanos que son de los Estados Unidos de América.