La noche del 23 de septiembre de1868, ante un ejército rebelde de unos mil hombres reunidos en una hacienda, Manuel Rojas gritó por la libertad de Puerto Rico.
Este significativo suceso representó una expresión máxima de la conciencia nacional del puertorriqueño. Además, le hizo comprender a España que Puerto Rico ya estaba cansado de promesas sin cumplir, que era necesaria la otorgación de reformas que hicieran sostenible el sistema colonial, mismo que manera dramática paso a ser otra colonia.
El “Grito de Lares” como se conoce popularmente a la revolución puertorriqueña que luchaba por su independencia de España, lograba que se instituyera un Gobierno Provisional de la República de Puerto Rico, con la presidencia de Francisco Ramírez Medina, quien proclamó la abolición del régimen de la libreta jornalera y la libertad a todos los esclavos, a los que convocó a que se sumaran a la lucha e instó a sus paisanos a cumplir con el deber de libertar a su isla.
ANTECEDENTES CULTURALES
Luego del descubrimiento europeo de América en 1492, Puerto Rico y los demás países antillanos vinieron a constituir el corazón geográfico y el punto de partida histórico de la formación de la América Latina y del Caribe colonial. A pesar de ser los españoles los que impusieron su dominación en todos los ámbitos de las relaciones sociales, en el transcurso de los siglos XVI al XVIII se fue formando y diferenciando con fisonomía histórica típica de la sociedad colonial criolla.
Puerto Rico no comenzó a existir con la llegada de Colón. 5.500 años antes del desembarco español, ya había indígenas en el Caribe. Comunidades procedentes de América del Sur, específicamente de la desembocadura del río Orinoco y de Venezuela, fueron extendiéndose de isla en isla.
Lo primero que el embajador de la Corona Española hizo fue cambiarle el nombre de Boriken a San Juan Bautista; de Haití a la Española. Esto no fue un acto humilde, ni de buena fe. En cualquier contexto histórico, el cambiar el nombre de una nación, persona o región se considera un acto de dominio y poder, que en este caso implica la pérdida de autoridad de los habitantes originales.
Con el cambio de nombre, Colón inicia el coloniaje en la isla de Boriken y demás islas del Caribe.
En el caso de Puerto Rico, ese coloniaje se extendió por 406 años y culminó con la invasión estadounidense en 1898, para a su vez continuar bajo el coloniaje estadounidense hasta nuestros días
Desde noviembre de 1493, Boriken paso por varias transformaciones políticas y culturales. La llegada de Colón significó el comienzo del declive de la población indígena, pero también fue el inicio de una mezcla de culturas y etnicidades.
Luego del histórico Grito de Lares, una nueva identidad boricua hizo su primera aparición, pues se galvanizó la puertorriqueñidad. A partir de ese momento se comienza a definir la identidad boricua. Los criollos, hijos de españoles nacidos en Puerto Rico, comienzan a identificarse como puertorriqueños y no más como españoles, ni tainos, ni africanos; formando un crisol de una mezcla de colores que se integraban y se fundían entre sí para una nueva expresión de la patria del Borinquén.
A finales del siglo XVIII la puertorriqueñidad era irreversible, con un idioma, con una cultura, con un terruño, pero sin dominio de su soberanía política.
REVOLUCIÓN PUERTORRIQUEÑA
Puerto Rico era una nación con cuatro siglos de formación y desarrollo histórico y cultural. Tenía una población de 656,328 habitantes (Censo de 1867) distribuida en 68 pueblos por todo el País.
En el verano de 1867, en una reunión de alto nivel del liberalismo en Puerto Rico, el sector reformista liderado por José Julián Acosta, Julián Blanco, Calixto Romero y otros, decidieron «esperar» cambios políticos «favorables» en España. Pero el sector independentista se decidió por el camino para organizar la revolución.
En enero de 1868, un núcleo de líderes ubicados en Santo Domingo reconstituyó el Comité Revolucionario, Bajo el lema “Patria, Justicia y Libertad”, redactaron una “Constitución Provisoria de la Revolución Puertorriqueña”, destacando en su artículo 2 el objetivo de establecer “la independencia de Puerto Rico, bajo la forma republicana democrática”.
El proceso organizativo fue una tarea difícil y compleja, todo tenía que hacerse en el clandestinaje. Poco a poco se fueron fundando “Juntas revolucionarias” utilizando seudónimos y claves secretas, donde deciden iniciar la revolución el 29 de septiembre. Por indiscreciones y delación, el 21 de septiembre donde se proyectaba dar el Grito, fue descubierta y su dirigente Manuel María González fue arrestado. Para no dar tiempo a una movilización militar del Gobierno, el liderato de estos pueblos decidió la acción armada para el día 23, pero fue rápidamente dominada.
El 25 de enero de 1869 el Gobierno decretó una amnistía general. Pero muchos patriotas como Betances, Rojas, Lacroix, Aurelio Méndez, y muchos más se vieron obligados al exilio.
A partir de 1869, permitió la formación de algunos partidos políticos (conservador y liberal-reformista) y la libertad de prensa y reunión (aunque bajo censura y con permisos especiales), y así se allanó el camino para la abolición definitiva de la esclavitud y del régimen jornalero precapitalista en 1873.
En Puerto Rico, entre 1868 y 1880, se produjo lo que el gobierno llamó cambio de régimen: desafíos a la autoridad, nuevas «conspiraciones» independentistas y resistencias, incluso la ocupación armada de plazas para abolir la esclavitud y las libretas de jornaleros. Desde 1870 hasta el fin del dominio español en 1898, Puerto Rico también experimentó una agitación cultural y los reclamos y demandas de autonomía desde la perspectiva de independencia como puertorriqueños se hicieron más fuertes.
Pero el 25 de julio de 1898, las tropas estadounidenses entraron por Guánica, en el sur de la isla, dando así comienzo a la ofensiva terrestre, después de que en los meses anteriores la Armada bombardeara y bloqueara la capital San Juan.
EE. UU. concedió en 1917 la ciudadanía estadounidense a los puertorriqueños y, en 1952, se estableció el Estado Libre Asociado, un estatus político vigente que cumplió 71 años.
Aunque siguen los esfuerzos para que el Congreso de EE. UU. apruebe un referéndum vinculante para que la isla decida un nuevo estatus político, el proyecto no cuenta con el respaldo de los republicanos.
Lo que tienen en común las opciones planteadas son que quieren dejar su estado colonial. Contemplan estadidad, independencia o soberanía en libre asociación. Sin embargo, hay sectores que abogan por incluir el Estado Libre Asociado en la ecuación.
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