San Juan, Puerto Rico.- Una investigación liderada por un catedrático del Departamento de Geología de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Mayagüez (oeste) pronosticó que un deslizamiento de tierra afectaría a decenas de ciudadanos durante el huracán Fiona.
Fue específicamente el proyecto SLIDES PR, liderado por Stephen Hughes e iniciado tras el paso del huracán María en 2017, sirvió para alertar a una comunidad y salvaguardar la vida de una familia del sector Cubuy, en el barrio Río Blanco de Naguabo, municipio en el sureste de la isla, informó la UPR de Mayagüez en un comunicado.
Uno de los principales componentes de esta plataforma consta de una red de 12 estaciones de vigilancia alrededor de la isla para medir en tiempo real las condiciones del suelo y la precipitación, con el fin de predecir o tener una idea más certera de cuándo podría ocurrir un deslizamiento.
«Ese es el propósito del proyecto: educar, proveer herramientas que informen al público y a las agencias para así tomar decisiones. Si esas personas decidieron salir de su casa, esa determinación fue la que salvó sus vidas», afirmó Hughes en la nota.
La red de pronóstico de derrumbes se conformó tras un acuerdo entre el Departamento de Geología del campus y el Landslide Hazards Program del Servicio Geológico de Estados Unidos, con el objetivo de estudiar y entender mejor el fenómeno de los deslizamientos en la isla y brindar información valiosa a la ciudadanía.
Las estaciones, que se instalaron entre ¿2018 y 2021, están ubicadas en la zona montañosa vulnerable de la isla y cuentan con un módem que les permite conectarse a un programa que los investigadores utilizan para analizar los datos.
En el caso de la estación de Naguabo, el día que pasó el huracán Fiona por Puerto Rico, Hughes se percató que los sensores arrojaron información favorable para derrumbes en esa zona, por lo que alertó al líder comunitario Jimmy Piña sobre el peligro.
Según recordó Hughes, a las 13.30 hora local (17.30 GMT) del pasado 18 de septiembre, accedió a su ordenador de manera remota y vio una «reacción en los datos fuera de lo normal, todo iba subiendo de manera aumentada».
«Le envié el mensaje a Jimmy y él utilizó esa información para advertir a los vecinos del peligro y sugerirles que era buena idea que se movieran, ya que podían ocurrir derrumbes, que de por sí son frecuentes en esa zona», relató.
«Los residentes de esa casa en particular se movieron del sitio y, en algún momento después, se desprendió el terreno sobre la propiedad», rememoró.
Según detalló el geólogo, existen varios tipos de deslizamientos, como caída de rocas, flujo de escombros, derrumbes y avalanchas, pero los más comunes en Puerto Rico, son superficiales y no llegan hasta la profundidad en las rocas.
Adelantó que espera ampliar el número de sensores a unas 20 y seguir trabajando en la red para que alcance, eventualmente, un nivel operacional adecuado que permita la colaboración con otras agencias como el Servicio Nacional de Meteorología.