San Juan, Puerto Rico. — Norma Quiñones estuvo cuatro años sin agua corriente después de que el huracán María destruyó el pozo del que ella y docenas de vecinos dependían en su comunidad de las montañas del oeste de Puerto Rico.

La Navidad pasada, equipos de trabajadores instalaron un pozo nuevo, pero el agua no está tratada, por lo que Quiñones tiene que conducir 45 minutos hasta la ciudad con el fin de adquirir casi 100 botellas de agua para su familia cada semana.

“Fueron años de sufrimiento”, declaró.

Quiñones, enfermera escolar y madre de dos hijos, espera que su situación y la de otros con el mismo problema en la isla cambie con la visita oficial esta semana de Michael Regan, administrador de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.

Se espera que el funcionario recorra varias comunidades puertorriqueñas pobres como parte de una iniciativa estadounidense llamada “Viaje a la Justicia” para enterarse de cómo la contaminación las ha afectado.

“Para mí es realmente importante que estemos en el terreno y estemos viendo estas injusticias de cerca”, le dijo Regan a The Associated Press en una entrevista el lunes. “Estas son las mismas comunidades que están en la línea frontal, enfrentando el impacto del cambio climático”.

Regan hará su primera escala el martes en el Caño Martín Peña, considerado uno de los cuerpos de agua más contaminados de Puerto Rico. Forma parte del Estuario de la Bahía de San Juan, y a orillas de él habitan más de 25.000 personas descendientes de migrantes empobrecidos que arribaron a mediados del siglo XX desde áreas rurales de la isla.

El miércoles se prevé que Regan visite al menos dos sistemas comunitarios de agua potable en la ciudad norteña de Caguas y hable con los habitantes acerca de los problemas que enfrentan.

Además se detendrá en una instalación del sur de Puerto Rico que quema carbón para producir energía y que desde hace tiempo ha sido una fuente de quejas y preocupaciones por la salud de los que viven cerca de ella.

“Me dirijo a Puerto Rico no sólo para resaltar estas injusticias, sino para escuchar y aprender de la comunidad, de forma que podamos desarrollar soluciones juntos”, manifestó.

Puerto Rico habrá de recibir 78 millones de dólares en fondos de la EPA para proyectos de infraestructura hidráulica. El gobierno local decidirá cómo se asignarán los fondos, aunque Regan ya ha enviado una carta en la que se exponen los criterios para esos recursos y las expectativas de la agencia.

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