El gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, firmó este lunes la Orden Ejecutiva 2021-085 que establece un límite de aforo a los locales de consumo de alimentos y bebidas del 50 % en interiores y del 75 % en exteriores.

La normativa, que entra en vigor a partir del 30 de diciembre, afecta a restaurantes, cafeterías, bares, cines, centros comunales, coliseos, teatros y cualquier otro lugar que sirva bebidas o comidas preparadas.

Todos estos establecimientos ya tuvieron que empezar a cumplir recientemente una orden previa que requería evidencia de vacunación o prueba negativa a los clientes.

En lo que respecta a las actividades multitudinarias de modalidad cerrada en teatros, anfiteatros, estadios, coliseos y centros de convenciones, las mismas se podrán realizar reduciendo el aforo a un 50 % de la capacidad del lugar, según el comunicado.

Las actividades que se realicen en estos mismos lugares que operen al aire libre se podrán llevar a cabo tras reducir el aforo a un 75 %.

«Las medidas tomadas en esta Orden Ejecutiva son similares a las implementadas durante las distintas temporadas en las cuales hubo aumento en el contagio, las cuales ciertamente fueron efectivas», sostuvo el gobernador.

En la nueva Orden Ejecutiva, se urge asimismo a los ciudadanos a ejercer responsabilidad y seguir «al pie de la letra todas las medidas cautelares» impuestas por los órganos sanitarios competentes.

La medida no fue bien recibida por la Asociación de Restaurantes de Puerto Rico (ASORE), cuyo presidente, Mateo Cidre, lamentó que reducir la capacidad de aforo «nuevamente discrimina» al sector de la restauración.

«La responsabilidad de impulsar el progreso contra la pandemia está en manos de todos, no solo los restaurantes. Esta determinación impacta negativamente a una industria que, como todos saben, ha sido una de las más afectadas por esta pandemia y que aporta grandemente a nuestra economía», agregó.

Esta nueva orden se suma a otras firmadas recientemente por Pierluisi como la que requiere evidencia de vacunación y una prueba negativa realizada 48 horas para asistir a eventos multitudinarios.

Otra de las normativas exige que todo pasajero que viaje a Puerto Rico por vuelo doméstico deberá presentar una prueba negativa realizada 48 horas o antes de llegar a la isla e impone una cuarentena de siete días a los no vacunados.

A causa de la variante ómicron, los contagios se han descontrolado en la isla, batiendo cifras récord, y la tasa de positividad supera el 21 %.

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