Nueva York – Familiares de las víctimas del tiroteo en la escuela de Sandy Hook en Newtown (Connecticut), en el que un joven mató a 20 niños y 6 profesores en 2012, temen el posible fin de su litigio civil contra el fabricante de armas Remington, que se ha declarado en quiebra por segunda vez. Remington, el fabricante de armas más antiguo de EE. UU., fundado en 1816, se acogió a un proceso de bancarrota en 2018 y de nuevo lo ha hecho este pasado mes de julio proponiendo una subasta «rápida» de sus activos, lo que ha generado dudas a sus denunciantes, teniendo en cuenta que se ha disparado la venta de armas en los últimos meses, recoge CNBC. Varias familias de las víctimas denunciaron en 2014 a Remington por la matanza y, tras altibajos judiciales en torno a la inmunidad federal que se ofrece a los fabricantes de armas, en 2019 la Corte Suprema de Connecticut decidió readmitir un litigio centrado en el márquetin del rifle semiautomático Bushmaster AR-15, utilizado por el responsable del crimen, Adam Lanza, que se suicidó.
En un documento judicial, las familias alegan que esa subasta por la vía rápida, que podría celebrarse el 8 de septiembre si es aprobada por el juez de la bancarrota, «evita a Remington tener que responder por su rol en el márquetin ilícito del arma y en ese rol causal del márquetin en la devastadora pérdida de vidas en la escuela primaria de Sandy Hook». Remington propone vender partes de su compañía matriz para que queden «libres» de obligaciones sin mencionar nada de la demanda de las víctimas de Sandy Hook, un movimiento que las familias creen es intencional y tiene por objetivo negarles una posible compensación por el tiroteo, por lo que han pedido retrasar el proceso y obtener un asiento en el comité de acreedores.De acuerdo con otro documento judicial, el fabricante de armas dijo que le corresponde al tribunal decidir si las familias pueden tener voz en ese comité, pero apuntó que «no es el momento ni el proceso para abordar los méritos de las reclamaciones de los denunciantes de Sandy Hook». De acuerdo con The Wall Street Journal, una bancarrota puede bloquear permanentemente las investigaciones sobre prácticas corporativas y Remington ha gastado más de un millón de dólares en este litigio, según le indicaron los abogados de las familias de nueve víctimas de la tragedia.