Indocumentados
Francis García, organizadora legal en el Centro de Trabajadores Arriba Las Vegas, y amparada por el TPS, posa durante una entrevista con EFE, el 02 de octubre de 2024, en Las Vegas, Nevada (EE. UU). EFE/Mónica Rubalcava

Las Vegas (EE.UU.).- Indocumentados en Nevada, uno de los estados clave que podría definir la elección presidencial, han pedido el voto consciente a los latinos que ejercerán su derecho en las presidenciales de noviembre, y los instan a elegir representantes que también aborden las preocupaciones de las personas sin estatus legal.

«Yo espero que los latinos que van a votar lo hagan con conciencia. Muchos de ellos llegaron como nosotros, sin documentos, a este país y algunos cuando son ciudadanos se les olvida las raíces de dónde vienen. Espero que voten por el (candidato) que no nos va a perjudicar», responde a EFE Rosario Ortiz, un trabajador de la construcción, miembro del Centro de Trabajadores Arriba Las Vegas.

La preocupación de Ortiz se ha extendido a buena parte de los indocumentados en todo el país de cara a las elecciones presidenciales, que tendrán lugar en tres semanas.

Pablo Alvarado, director de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON), dijo a EFE que en estas elecciones “todos los inmigrantes y sus familias están en peligro”.

Advierte que la plataforma del candidato republicano, el expresidente Donald Trump (2017-2021), sobre inmigración podría ser “nefasta” para una gran parte de la comunidad migrante, en especial para las familias de estatus mixto, como se define a los grupos familiares con al menos una persona sin estatus legal.

Su futuro en juego

Por eso los jornaleros han tomado la vocería de la comunidad indocumentada: para pedir a los votantes que “no se olviden de ellos”, en especial en estados péndulo como Nevada que definirán quién sera el próximo inquilino de la Casa Blanca.

En 2022, el 29,6 % del total de los habitantes de Nevada eran hispanos y, según el Pew Research Center, el 9 % de la población total de este estado son inmigrantes que no cuentan con un estatus legal, una cantidad nada despreciable de vecinos, amigos y compañeros de trabajo.

Algunos de estos indocumentados han podido permanecer en el país gracias a programas como la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), el Estatus de Protección Temporal (TPS) o la Acción Diferida para el Empleo Legal (DALE).

Este último programa es el que beneficia a Ortiz, originario de Veracruz (México), quien sufrió abusos por parte de su empleador. «La principal preocupación de la gente es no ser deportado”, indica el trabajador, que teme perder la protección.

Al igual que Francis García, organizadora legal en el Centro de Trabajadores Arriba Las Vegas, y amparada por el TPS, que ve un panorama desalentador.

La inmigrante asegura que no siente ninguna afinidad con ninguno de los candidatos: la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, la hace sentir «incertidumbre» sobre su futuro, mientras que Trump le parece más una amenaza.

García espera que los electores de la comunidad latina emitan un voto informado, que no deje fuera a los indocumentados, y dice que aunque no puede votar, sus hijos votarán por ella.

«La frase de que solo el pueblo salva al pueblo es una realidad. Al final del día todos los inmigrantes aquí aportamos un grano de arena para que este país sea lo que es», ahonda.

A Alvarado también le preocupa que los votantes, incluidos los hispanos, han ido girando hacia la ultraderecha. El activista citó el último sondeo de Scripps News/Ipsos que encontró que más de la mitad de los estadounidenses, incluida una cuarta parte de los demócratas, apoyan la deportación masiva de indocumentados que viven en el país.

El activista advierte que incluso los ciudadanos naturalizados “podrían estar en la mira” de las propuestas más extremistas de los conservadores. “Comienzan con los indocumentados y después pueden seguir con cualquier inmigrante”, subraya.

Tanto García como Ortiz están aprovechando los últimos días para alentar un voto que no afecte a los indocumentados. Ya incluso han olvidado sus llamados por una reforma migratoria con vía a la ciudadanía, ahora lo más importante es que no los «echen del país».

“Al final del día, el votante tiene que ser consciente del daño que puede llegar a hacer a una comunidad con su voto solo por seguir una retórica y no estar bien informado”, puntualizó Alvarado.

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