A menos de un año de las elecciones presidenciales, no cesan de publicarse encuestas en las que se mide la intención de voto del electorado.
Una parte de los estadounidenses (76%) opina que el país va en la dirección equivocada –según reveló una encuesta de Ipsos/ABC News–. Esta misma encuesta desveló una profunda desilusión entre los electores republicanos (95%), votantes independientes (76%) y demócratas (54%).
Según encuesta de CBS News, el 73% de los estadounidenses piensa que las cosas van mal en EE. UU., frente al 65% que lo pensaba a principios de año
Para Ammar Moussa, portavoz de la campaña Biden-Harris 2024, “el pueblo estadounidense eligió la unión por encima de la división, y la esperanza por encima del miedo en 2020, cuando eligieron a Joe Biden y Kamala Harris y despidieron a Donald Trump, y lo volverán a hacer el año que viene”. Moussa, opina que, de salir elegido Trump como presidente, “las políticas extremistas, racistas y crueles encaminadas a avivar el miedo y la división se reavivarían”.
Sin embargo, aunque Trump encabece los sondeos (una encuesta de CNN aseguraba que Trump lidera 4 puntos por delante de Biden), los candidatos republicanos han continuado sus debates para obtener la nominación del partido.
Resultados electorales del 7 de noviembre
Para demócratas y republicanos, las elecciones del pasado 7 de noviembre significaban “tomar el pulso” en los estados convocantes a la opinión de los votantes y aprender respecto a las inclinaciones de voto el próximo año. (Según encuesta del New York Times, Biden está rezagado en los estados cruciales de todo el país).
Pero nada se puede dar por sentado y frente a las predicciones de expertos basadas en encuestas, la mejor forma para conocer cómo se sienten los votantes es ver cómo votan. Hace tan sólo unos días se ha visto que a los demócratas les ha ido bien a pesar de los bajos índices de aprobación del presidente Biden.
Andy Beshear gobernador de Kentucky (estado normalmente republicano), ganó la reelección con un 53% frente al 48%. En su campaña enfatizó su apoyo al derecho al aborto y los beneficios económicos de las políticas de la administración Biden.
En Ohio, un estado cada vez más republicano, los votantes aprobaron una enmienda constitucional que mantiene el aborto legal hasta aproximadamente las 23 semanas de embarazo. La votación fue del 57% al 43%. Desde que la Corte Suprema anuló “Roe v. Wade”, los siete estados que votaron sobre el derecho al aborto han optado por protegerlo o ampliarlo.
Los demócratas cambiaron la Cámara de Delegados, y mantuvieron el control del Senado estatal, aunque por poco en Virginia.
Mientras tanto en New Jersey, los demócratas mantuvieron sus mayorías en la legislatura estatal, y los candidatos republicanos perdieron incluso en partes del estado tradicionalmente más conservadoras.
En Pensilvania, los demócratas ganaron un escaño en la Corte Suprema del estado, aumentando su mayoría. Es importante recordar que éste es un estado clave que puede inclinar en uno u otro sentido resultados electorales y este tribunal tendría jurisdicción sobre demandas relacionadas con las elecciones de 2024.
El republicano Tate Reeves venció a Brandon Presley en Mississippi.
Otro republicano conquistó en Nueva York, la oficina ejecutiva del condado de Suffolk por primera vez en dos décadas y otro candidato respaldado por los republicanos también cambió la alcaldía de Manchester, Nueva Hampshire.
Según Michael Tyler, director de comunicaciones de la campaña Biden-Harris 2024 “Solo tres años después de que Joe Biden obtuviera más votos en 2020 que cualquier otro candidato a la presidencia en la historia de Estados Unidos con 81 millones de votos, el presidente Biden ostenta los mejores resultados para el partido de un presidente en elecciones de medio término y especiales en 20 años”.
A los candidatos alineados con Trump y el movimiento MAGA no les ha ido bien, mientras que candidatos demócratas–como Beshear en Kentucky– han logrado en estas elecciones seguir siendo más populares que Biden.
Para J. Miles Coleman, analista electoral de la Universidad de Virginia, “Los demócratas hicieron de éste (el aborto) el tema distintivo de esta campaña”. El partido demócrata considera que la decisión de la Corte Suprema de 2022 que anuló a Roe (y las posteriores prohibiciones del aborto aprobadas por los republicanos) han molestado a muchos votantes y justificaría el sentido del voto de muchos de ellos.
El Comité Nacional Republicano discrepa de los demócratas, no sólo en un tema como el aborto, sino también en la forma en la que se viene gobernando en economía, política exterior, educación e inmigración.
Todo lo anterior no hace sino confirmar la importancia cada vez mayor del voto hispano en el panorama electoral estadounidense, ya que, paulatinamente va a ser más y más determinante en próximas elecciones.
Sandra Johnson, demógrafa de la Oficina del Censo de Estados Unidos, señala que “En un mundo en constante cambio, es vital comprender la dinámica de la población para conformar las políticas y planificar los recursos”.
En una reciente conversación para el podcast realizado por Delaware Humanities, “In Conversation”, con motivo del cincuenta aniversario, Ed Ratledge, director del Centro de Investigación de Encuestas y Demografía Aplicada de la Universidad de Delaware, examinó los cambios demográficos del Primer Estado y los problemas que afrontan las comunidades como consecuencia del cambio de esa demografía.
Señala Ratledge, que “el crecimiento de los hispanos ronda entre el 3 y el 4% anual –mientras que por ejemplo la población negra crece aproximadamente un 1%– y la esperanza de vida del grupo hispano en estos momentos es de unos seis años inferior al grupo caucásico” algo que hay que tener en cuenta a la hora de estimar cómo se va a ir produciendo el reemplazo poblacional.
Estos datos recabados en Delaware “el estado del presidente Biden”, corroboran que es indudable el avance demográfico hispano que, extrapolado al resto del país, hará que este grupo sea muy pronto, la minoría mayoritaria en Estados Unidos.
El pasado 9 de noviembre se publicaron las proyecciones de población más recientes de la Oficina del Censo de los Estados Unidos. Según este informe, para el 2100, se estima que la población total del país aumente sólo en un 9.7 % desde 2022.
La participación electoral hispana masiva fortalecería el proceso democrático y facilitaría la colocación en la agenda legislativa de políticas acordes con los valores e intereses de nuestra comunidad.
¿Qué deben tener en cuenta los hispanos en Estados Unidos para ser parte del proceso democrático de toma de decisiones?
Lo primero, ser conscientes de la importancia de hacerse ciudadano estadounidense. Paso imprescindible para poder ejercer el derecho a un voto que conlleva la aceptación de una serie de derechos y obligaciones implícitos. Además de la posibilidad de acceder a cargos y oportunidades reservados a los ciudadanos.
Muchos hispanos en Estados Unidos están convencidos de dar, han dado ya, o está en vías de hacerlo, ese paso hacia la ciudadanía. Sin embargo, ¿cuántos están convencidos de avanzar en esa andadura cívica registrándose para votar?
El derecho al voto conlleva además de elegir al presidente de los Estados Unidos, el derecho a elegir a los representantes locales estatales, del condado, localidad o distrito.
Si uno quiere que sus intereses estén representados debe votar. Si uno quiere defender sus intereses y los de otras personas con inquietudes similares debe “sentarse a la mesa”. Esto implica involucrarse en los lugares de donde salen las iniciativas que se convertirán en leyes.
Cualquier persona interesada puede comenzar su andadura cívica de forma sencilla: realizando tareas de voluntariado en la iglesia o centro comunitario más cercano, postulándose en los consejos escolares (lo que supone involucrarse en la educación de los hijos y saber qué decisiones se adoptan en las escuelas) o aún mejor, siendo parte de esas decisiones; asistiendo a las reuniones del ayuntamiento y/o teniendo un puesto en los consejos y comisiones de la ciudad, cuyas decisiones impactan directamente en el entorno inmediato.
Como todo proceso necesita tiempo y preparación. Que los latinos se involucren y/o se preparen para envolverse en el proceso cívico, no es una opción sino una obligación. Es necesario empezar a caminar con paso firme y hacia una dirección bien establecida. Parafraseando a Neil Armstrong cuando pisó la Luna “Involucrarse en el sistema representará un pequeño paso para los hombres y mujeres hispanos, pero un gran salto para la comunidad hispana en Estados Unidos”.