En dos meses (8 de noviembre) se celebrarán las muy reñidas elecciones de medio término. Esta es la elección política donde cada dos años se reorganiza la rama legislativa de la república de los Estados Unidos de América. Esta rama legislativa está compuesta por el Senado y la Cámara de Representantes o mejor conocida como el Congreso. Es allí donde se debaten y proponen proyectos de ley que luego serán ratificados o vetados por el Ejecutivo (presidente). En el actual Congreso, el Senado está dominado por los republicanos y la Cámara de Representantes está dominada por los demócratas. Ambos partidos luchan por mantener un dominio mayoritario en ambas cámaras del Congreso.
Es aquí donde el voto latino toma una muy importante relevancia. Desde el 2000 hasta ahora el porcentaje de latinos con edad para votar se ha duplicado de un 7 % a un 14%. Mientras que el voto caucásico bajó de un 76 a un 67 % y el voto negro se mantuvo en un 13 %. En Pensilvania se dio la misma tendencia. El voto latino se disparó de un 2 % en el 2000 a un 5 % en el 2020, mientras que el voto anglosajón bajo de un 87 a un 81 % y el voto negro subió de un 9 a un 10 %.
El Partido Republicano ha estado llevando una agresiva campaña para atraer a sus filas el voto latino. Esto es producto de las elecciones del 2020 donde el expresidente Trump logró acaparar la mayoría de los votos latinos. En los últimos 60 años ningún candidato republicano había logrado tal hazaña. Más de una cuarta parte del apoyo electoral de Trump vino de votantes de minorías. En Pensilvania, Trump alcanzó un 27 % del voto latino.
Por lo general, el voto Latino se ha identificado con el Partido Demócrata, pero los resultados de las elecciones del 2020 marcaron una interesante tendencia de la población votante latina. En junio del 2021 el Wall Street Journal publicó un artículo mencionando un importante movimiento de votantes latinos diciéndole “adiós” a los demócratas. Cita como ejemplo la victoria de Javier Villalobos a la alcaldía en McAllen en el 2021. McAllen es una ciudad al sur de Texas con un 85 % de latinos que le dio el voto al candidato republicano. La misma tendencia se vio en la Florida, un estado mucho menos blanco que en el 2000, pero mucho más republicano que 20 años atrás.
A pesar de estas tendencias en Texas y la Florida, en Pensilvania no se vislumbra una virazón política de esa magnitud. Sin embargo, el asunto importante es el ejercicio del voto. Somos la minoría votante de mayor crecimiento en Pennsylvania. Somos al menos 1,049,615 de latinos y constituimos el 8.4 % de la población. De esa población el grupo de mayor presencia son los puertorriqueños, que a su vez constituyen el grueso mayor de votantes latinos en este estado clave. El puertorriqueño, por lo general, tiende a votar demócrata, pero eso no puede tomarse por sentado. El voto puertorriqueño no es un voto homogéneo y su mayor obstáculo es su desconocimiento de los candidatos y del sistema electoral. Valga mencionar que la abstención electoral es una realidad dolorosa para toda la comunidad latina. Gran cantidad de votantes puertorriqueños hábiles para votar en el continente y en la isla, no ejercen ese derecho constitucional. Algunas campanas demócratas y republicanas, sobre todo las republicanas, están invirtiendo tiempo y dinero en sus campañas políticas para atraer a esta importante masa de votantes, siendo el votante latino el grupo de mayor crecimiento del electorado en Pensilvania. Aunque somos aun un porcentaje relativamente pequeño, en un estado donde tres de las últimas cinco elecciones presidenciales fueron decididas por un 2.5 por ciento del voto, los latinos podríamos ser la fuerza electoral decisiva en estas elecciones del 2022. Hay que seguir inscribiendo nuevos votantes, pero es mucho más urgente que los electores ya inscritos salgan a votar.
Este próximo 8 de noviembre están en juego la gobernación del estado y uno de los dos asientos al Senado Federal. Doug Mastriano (R) y Josh Shapiro (D) son los candidatos a la gobernación de Pensilvania y John Feterman (D) y Mehmet Oz (R) son los candidatos al Senado Federal. A estos candidatos les toca venir y hablar con nuestra comunidad. Hasta el momento, por lo menos en Filadelfia, ha habido poco o nada de acercamiento de todos ellos.
Es a ellos que les toca hablar con nosotros y escuchar nuestras preocupaciones y necesidades. Eso sería una buena señal de por quién votar.
Ambas campañas políticas tienen el reto de buscar como acercarse a nuestras comunidades y como convencer que son mejor opción que el otro. Que nadie nos tome por sentado y que tampoco dejemos que nos vendan sueños de pacotilla. Somos una comunidad de más de 60 millones de latinos (más de un millón en Pensilvania) que hemos demostrado que podemos hacer la diferencia en cualquier elección. Ya lo demostramos en Georgia, Nevada, Florida y Arizona, donde el voto latino fue determinante en las pasadas elecciones del 2020.
En estas elecciones del 2022, se espera que 11.6 millones de latinos asistan a las urnas. Eso significa que casi 1 de cada 10 votantes será latino en estas elecciones de medio término. Con estos augurios es muy posible que el voto latino decida las elecciones de medio término en otros estados, y en Pensilvania reconfigure la balanza en Washington.